Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene más de 360 mil estudiantes y un campus central declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO?
Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos de la universidad más grande del país, la más antigua del continente y una de las mejores del mundo.
Su historia se remonta al siglo XVI, con la creación, en 1551, de la Real Universidad de México, luego transformada por bula papal en Real y Pontificia. En 1910, se formalizó la Ley Constitutiva de la Universidad Nacional de México y 19 años más tarde, el 28 de mayo de 1929, el presidente Emilio Portes Gil le otorgó su estatus autónomo, convirtiéndose así en la UNAM, como la conocemos hoy en día: nuestra máxima casa de estudios, con independencia política y administrativa para autogobernarse, sustentada en los principios de libertad de cátedra y de investigación, e inspirada en todas las corrientes del pensamiento. Sin duda, refleja la esencia de su lema: “Por mi raza hablará el espíritu”.
Cuenta con más de 41 mil académicos, de los cuales 5 mil se encuentran en el Sistema Nacional de investigadores del CONCYT, y ofrece 129 carreras, así como 92 planes de estudio de maestría y doctorado. Además de haber fundado 35 centros de investigación y extensión en el país, la UNAM tiene presencia en Estados Unidos, Canadá, China, España, Costa Rica, Francia, Inglaterra, Alemania y Sudáfrica, a través de sus Centros de Estudios Mexicanos.
Hoy, la UNAM se encuentra a la vanguardia en las investigaciones sobre el Covid-19, así como en el apoyo a la sociedad: La Facultad de Medicina provee un servicio integral de diagnóstico, seguimiento y asistencia a las personas que presentan síntomas. Los Institutos de Física y Geofísica colaboran en la fabricación de mascarillas de propileno. El Centro de Información Geográfica sobre el Covid-19, ofrece un mapa que monitorea el comportamiento del coronavirus en el país y una plataforma digital que permite consultas interactivas de los casos activos y confirmados por municipio y entidad federativa. Pero quizá el esfuerzo más relevante sea el que realiza el Instituto de Biotecnología, cuyos investigadores se encuentran desarrollando una vacuna que podrá ser probada clínicamente en humanos el año próximo. Si bien otros países podrían generar una vacuna antes del 2021, es importante que México cuente con la suya propia, para que responda a nuestras necesidades y sea realmente efectiva.
