Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que durante la Colonia llegaron a existir en las costas de Yucatán, desde la Isla del Carmen hasta Bacalar, unas 50 construcciones defensivas?
Qué tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos de piratería e historia militar.
Desde el siglo XVI, las poblaciones costeras de Yucatán se vieron asoladas por ataques de piratas y corsarios. Se temía que se apoderaran de la península, para desde ahí asaltar las embarcaciones provenientes de España y Cuba, con destino a Veracruz y Campeche. Esta ciudad se convertiría en uno de los puntos más codiciados del Golfo y, por lo tanto, más vulnerable, razón por la cual, a partir de las primeras incursiones de los piratas franceses, se inició su fortificación.
En el siglo XVII, Campeche fue amenazada constantemente, y en menor medida Mérida y Valladolid, así como Tihosuco y Bacalar. Para ese entonces, los piratas ingleses ya habían establecido asentamientos en Laguna de Términos, Cozumel, Isla Mujeres, la Bahía de la Ascensión y Belice. En el siglo XVIII, el Caribe se convirtió no solo en escenario de piratería, sino también de espionaje por parte de las naciones enemigas de España.
De ahí que la costa peninsular estuviera cubierta por diversas defensas militares, muchas de las cuales aún sobreviven. La villa de Campeche estaba resguardada en un recinto amurallado, el único de la península, así como por un fuerte, un puesto de vigía, una batería y un polvorín. Mérida no solo contaba con una ciudadela, sino que la protegían seis torres de vigía entre Sisal y Telchac, así como ocho trincheras entre la ciudad y la costa. En Bacalar se edificó, desde mediados del siglo XVIII, el fuerte de San Felipe, con baluartes, baterías, polvorín, barricadas y cuatro torres de vigía. La villa tenía un teniente de rey asistido por varios cabos que constituían el cuerpo del ejército local.