Este fenómeno abarca desde la música en vinilo hasta las cámaras Polaroid, pasando por consolas de videojuegos retro y teléfonos móviles de antaño.
Este resurgimiento no solo se trata de una moda pasajera, sino de una búsqueda de autenticidad y experiencias tangibles en un mundo cada vez más virtual. Los jóvenes valoran la calidad sonora de los vinilos, la espontaneidad de las fotografías instantáneas y la simplicidad de dispositivos sin conexión a internet.
El mercado ha respondido a esta tendencia con el relanzamiento de productos clásicos y la creación de nuevos dispositivos con estética retro. Tiendas especializadas y mercados en línea han visto un aumento en la demanda de estos artículos, convirtiéndose en nichos lucrativos.
Además, esta inclinación por lo retro ha influido en la cultura popular, desde la moda hasta el diseño gráfico, evidenciando una nostalgia por épocas anteriores que estos jóvenes no vivieron, pero que idealizan a través de objetos y experiencias.
Este fenómeno refleja una contraparte al avance tecnológico, donde la inmediatez y la virtualidad predominan. La Generación Z busca equilibrar su vida digital con experiencias más palpables, encontrando en lo retro una conexión con lo auténtico y lo duradero.
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Con información de INFOBAE
