Porque la vida es lo más importante, hoy hablaré de un extraño y primitivo animal que habita las costas de la Península de Yucatán. Segunda parte.
Además de tener un cuerpo dividido en tres partes, más de 12 apéndices, y 9 ojos: Limulus polyphemus o cacerolita de mar cuenta aún con más características sorprendentes.
Limulus, es una especie de hábitos nocturnos, que puede vivir hasta 30 años. Después de la fecundación, las hembras pueden poner hasta 90,000 mil huevecillos, de los cuales un mes después eclosiona una larva llamada larva trilobite, por su parecido a los organismos de este grupo ya extinto.
Después de nacer, las cacerolitas cambian periódicamente de exoesqueleto de 16 a 18 veces a lo largo de 12 años antes de llegar a la adulta, a los caparazones “vacíos” o exoesqeletos, se les denomina mudas o exubias.
Limulus polyphemus tiene sangre azul, y esto no es fantasía, es un fenómeno natural que tiene explicación. En los vertebrados la sangre es roja por la presencia de hemoglobina que contiene hierro, metal que transporta el oxígeno durante la respiración, en Limulus la sangre contiene hemocianina en lugar de hemoglobina y cobre, en lugar de hierro por lo que se explica el color azul.
Esta sangre azul, posee un alto valor económico en la industria farmacéutica por su capacidad única de detectar agentes infecciosos y toxinas de las bacterias, por lo que funciona en la prevención de infecciones y ayuda a salvar vidas.
El Dr. Jaime Zaldivar-Rae de la Universidad Anáhuac del Mayab, dedicado a estos organismos investiga sobre la capacidad de las cacerolitas de funcionar como bio-monitores de la salud de los ecosistema costeros y advierte sobre la disminución de las poblaciones, proponiendo la necesidad de contar con programas de conservación y manejo de esta especie, particularmente en los lugares de la Península de Yucatán, donde las lagunas costeras, como el Sistema Lagunar Nichupté son hábitat crítico.
Limulus polyphemus es un ejemplo entre muchos, de las sorpresas que nos depara el estudio y amor por la naturaleza.
Comentó Patricia Santos González.