¡Inteligente jovencita! Aprender varios idiomas puede parecer un desafío reservado para unos pocos, pero Ángeles Gastón quiere demostrar lo contrario. A sus 18 años, esta joven de Rosario ha logrado dominar cinco lenguas y fundar su propia academia online, Polygloteen, donde ya estudian más de 100 alumnos.
Su objetivo no es solo enseñar, sino también derribar el mito de que aprender idiomas es un privilegio para mentes brillantes.
“Hablar varios idiomas me cambió la cabeza, me hizo ver la vida de otra manera y también me hace sentir un poco poderosa”, afirma Angie, como prefiere que la llamen. Su viaje en el mundo de los idiomas comenzó a los 13 años y, desde entonces, ha perfeccionado inglés, francés, alemán y portugués. Actualmente, está aprendiendo italiano y no piensa detenerse.
La jovencita y su método que nació en redes
El camino de Angie tomó un giro inesperado cuando un video suyo demostrando su fluidez en distintos idiomas se volvió viral en redes sociales. Miles de personas comenzaron a preguntarle cómo lo había logrado, y ese interés la impulsó a compartir su método de aprendizaje.
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Con el apoyo de Josefina Mackinson, especialista en redes sociales, y Manuela Haag, creadora de contenido, fundó Polygloteen, un espacio donde priorizan la enseñanza con profesores nativos y métodos prácticos que optimizan el tiempo.
“Yo aprendí cuatro idiomas en cuatro años, y quiero que otros descubran que es posible”, explica. Para ella, la clave no es el talento innato, sino la disciplina y la constancia. Su rutina de estudio combina lectura, práctica oral, gramática, escritura, escucha activa y ampliación de vocabulario.
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Un impacto que sigue creciendo
Con más de 290 mil seguidores en Instagram y 300 mil en TikTok, Angie se ha convertido en una referente para jóvenes que buscan aprender idiomas.
“No soy una nerd antisocial, salgo con amigas, pero todo en su justa medida”, comenta con humor, desmitificando la idea de que estudiar idiomas significa sacrificar la vida social.
Ahora, su próximo desafío es aprender chino y viajar por el mundo. “Quiero que los demás vean que si yo pude, ellos también pueden”, dice con determinación. Su historia es un recordatorio de que el aprendizaje de idiomas no tiene por qué ser un proceso largo y tedioso, sino una experiencia transformadora y accesible para todos.
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