Durante el mes de julio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró una inflación anual del 3.5 %, situándola en su nivel más bajo desde 2020. Sin embargo, para muchas personas, esta mejora en el indicador no se traduce en alivio económico. A pesar de las cifras favorables oficiales, los aumentos en los precios de productos básicos como la carne, el huevo y el papel higiénico persisten en mercados y supermercados, obligando a las familias mexicanas a modificar sus rutinas de compra.
La percepción generalizada es que “todo está más caro”, como lo confirma Nancy Orduña Estrada, quien señala que 500 pesos ya apenas alcanzan para adquirir artículos esenciales en el mercado. Ante la disparidad entre los precios y su presupuesto, decidió sustituir la carne de res por opciones más accesibles como pollo o puerco, y cambiar a una marca de papel higiénico que sea más económica sin perder calidad. Además, se está inclinando por comprar al mayoreo y comparar precios entre supermercados para estirar su presupuesto.
Otra consumidora, Rosalía Morales Flores, relata que percibió aumentos en productos como pollo, huevo y carne, lo cual la llevó a replantear el menú familiar. Ahora opta por frutas y verduras de temporada que suelen tener precios más accesibles, y si un vegetal ha subido demasiado, simplemente elige otra opción más económica.
Melina González también menciona incrementos notables en productos como leche, papel higiénico y huevo. Como estrategia de ahorro, ha optado por sustituir platillos tradicionales: por ejemplo, prefiere huevos con salsa al platillo fuerte de carne, o incluso enchiladas en lugar de opciones más costosas. Por su parte, André Campos, en un esfuerzo similar, se decanta por comprar presentaciones familiares y cambiar el salmón por atún u otras variedades de pescado más accesibles, siempre cazando ofertas que realmente representen un ahorro.
De acuerdo con el Inegi, los productos cuyos precios continuaron al alza incluyen el huevo, la vivienda propia, los servicios de comida informal (loncherías, fondas, torterías y taquerías) y el transporte aéreo. En contraste, algunos alimentos como el pollo, la uva, el aguacate y el jitomate mostraron reducciones en sus precios.