Un hotel cinco estrellas en Chongqing, China, ha desatado una gran controversia tras ofrecer una experiencia insólita: despertar con un panda rojo dentro de la habitación. El exclusivo servicio, llamado “visita matutina del panda rojo”, ha sido duramente criticado por organizaciones ambientalistas, que advierten sobre los riesgos de usar fauna silvestre en peligro de extinción para el entretenimiento humano.
El establecimiento, ubicado junto al Parque Zoológico de Chongqing, permite que empleados lleven pandas rojos a los cuartos de los huéspedes para que estos convivan brevemente con los animales. Durante el encuentro, los visitantes pueden acariciarlos, alimentarlos y tomarse fotografías. En redes sociales circulan videos en los que se observa a los pandas explorando las habitaciones y subiéndose a las camas, lo que ha dividido opiniones.
Experiencias con animales exóticos
El hotel también ofrece actividades al aire libre con lémures de cola anillada, otra especie amenazada. Ambas especies están incluidas en la Lista Roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
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En China, el panda rojo cuenta con protección nacional de segunda clase, por lo que su manipulación con fines recreativos podría contravenir las normas de conservación.
A pesar de las críticas, la experiencia ha ganado gran popularidad en redes sociales, especialmente entre familias e influencers que buscan contenido exclusivo. Muchos de ellos han compartido videos mostrando los encuentros con los animales, impulsando la demanda de reservaciones.
Entre el lujo y la controversia en un hotel
Las tarifas del hotel comienzan en 224 dólares por noche, mientras que las suites más lujosas —como las villas temáticas con lémures y capacidad para diez personas— alcanzan precios de hasta mil dólares por noche.
Sin embargo, los mismos videos que promovieron la viralidad del lugar también han provocado indignación entre defensores de los derechos animales, quienes denuncian la explotación de especies vulnerables para fines turísticos. Diversos especialistas recuerdan que, aunque estas experiencias puedan parecer inofensivas, el contacto constante con humanos puede generar estrés, enfermedades y alterar el comportamiento natural de los animales.
El caso ha reavivado el debate sobre los límites entre turismo, lujo y conservación en una era donde las redes sociales pueden convertir cualquier tendencia en fenómeno global.
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