Los números son una de las primeras invenciones del hombre y han jugado un rol importante en la creación de las escrituras.
Desde entonces son vitales para lo que es el pensamiento científico y para la vida cotidiana de todos los seres humanos y en las civilizaciones.
La palabra “número” por su parte proviene del latín numerus, conformado por una antigua raíz indoeuropea (nem-), que significa “repartir” o “distribuir”, y el sufijo –eso, que luego se transformaría en –ero. La palabra ancestral para “número”, así, habría sido nomesos, emparentada también con otros términos como “norma” o “numismática”.
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Oportuno mencionar que no es fácil dar con el origen de los números, el concepto del mismo número sabe que se ha respondido por la necesidad de contar en las sociedades ancestrales.
Mencionar que los primeros sistemas se basaron en el empleo del uso de los dedos de las manos y de los pies.
Es por esa razón que la mayoría de los sistemas numéricos tienen una base decimal (10) o vigesimal (20).
Se especula que los primeros números escritos han aparecido hace 5 mil años en Mesopotamia, esto en tablillas de arcilla.
Los números y su historia
Se destaca los sistemas egipcios (3000 a. C. aprox.), babilónico (2.000 a. C. aprox.), maya (1.000 a. C. aprox.), chino (300 a. C. aprox.), entre otros.
Hoy en día se manejan en occidente dos conjuntos principales de números, los cuales son los números romanos y números arábigos.
Los números romanos: Creado y desarrollado en la Antigua Roma (alrededor del siglo VIII a. C.) y utilizado a lo largo de su época imperial, este sistema de numeración empleaba letras del alfabeto romano para representar valores exactos, y componía las cifras dependiendo de la ubicación de cada letra.
Así, por ejemplo, la letra I representaba el uno, la V el cinco, la X el diez, la L cincuenta y la C Asimismo, II representaba el dos, VI el seis y XV el quince, ya que los valores de las letras se acumulaban; excepto si una letra antecedía a otra de mayor valor, puesto que en ese caso se restaban: IV representaba el cuatro, IX el nueve y XC el noventa.
Los números romanos sobreviven hoy en día para usos muy específicos, como los capítulos de los libros, los números de los siglos y otros usos particulares.
Los números arábigos: Creado en la India (y por eso llamados realmente indo-arábigos) y transmitido al mundo islámico, este sistema de numeración de base decimal llegó a Occidente gracias a la invasión musulmana del sur de Europa, y al establecimiento allí del al-Ándalus en la península ibérica.
En este sistema los números son representados del uno al diez mediante glifos específicos, que fueron cambiando con el tiempo hasta devenir los signos que hoy en día se emplean en casi todo el planeta, los conocidos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0.
La lógica de estos símbolos, según la opinión popular, radicaría en la cantidad total de ángulos que tiene cada signo, cosa que sin embargo los historiadores desmienten. En todo caso, la construcción de cifras superiores a la decena se realiza añadiendo números a la derecha, pasando así de las unidades a las decenas y posteriormente a las centenas y así sucesivamente (10, 100, 1000, etcétera) siempre acumulando el valor de las cifras escritas.