¿Hay vida en las lunas heladas del Sistema Solar? Esto dice la ciencia

Desde las profundidades polares de la Tierra hasta las lejanas lunas heladas que orbitan alrededor de Júpiter y Saturno, los científicos aventuran que podría haber vida “escondida” lejos de la luz solar

¿Hay vida en las lunas heladas del Sistema Solar? Esto dice la ciencia

¿Hay vida en las lunas heladas del Sistema Solar? Esto dice la ciencia

Desde las profundidades polares de la Tierra hasta las lejanas lunas heladas que orbitan alrededor de Júpiter y Saturno, los científicos aventuran que podría haber vida “escondida” lejos de la luz solar.

Explorando la Tierra en busca de pistas extraterrestres

En marzo de 2023, un equipo de investigación se trasladó a las remotas islas Svalbard, en el Ártico, para estudiar pingos: estructuras en forma de cúpula que emergen del permafrost al expandirse y contraerse con las estaciones. Allí, bajo temperaturas de alrededor de −25 °C y a cientos de kilómetros del círculo polar ártico, los científicos recogieron muestras de agua helada y lodo rico en microorganismos.

Estos microbios sobreviven en completa oscuridad, sin depender de luz solar, alimentándose únicamente de reacciones químicas internas. Para el microbiólogo Dimitri Kalenitchenko, estos microorganismos podrían ser análogos de la posible vida en ambientes similares y hostiles más allá de la Tierra.

Desde finales de los años 70, tras el hallazgo de vida en chimeneas hidrotermales marinas, se ha desterrado la creencia de que la fotosíntesis es imprescindible para la vida. A partir de entonces, la biología ha ampliado sus horizontes y aceptado que la vida puede surgir en entornos extremos, oscuros, y sin luz solar .

Tres lunas con océanos ocultos

En nuestro sistema solar, tres lunas despiertan el interés de la astrobiología por tener evidencia de océanos líquidos bajo sus capas heladas:

  1. Europa (Júpiter): bajo su corteza helada reside un océano salado que, según estimaciones, contendría más agua que todos los océanos terrestres juntos.
  2. Encélado (Saturno): este pequeño satélite lanza géiseres de vapor y partículas desde su polo sur, indicadores de un océano subterráneo calentado posiblemente por actividad hidrotermal.
  3. Titán (Saturno): famoso por sus lagos de metano y etano superficiales, se sospecha que oculta un océano interno y posee una atmósfera rica en nitrógeno y compuestos orgánicos .

Estos destinos cuentan no solo con agua, sino también con las condiciones químicas y energéticas que pueden sustentar formas de vida microbiana—al menos aquellas que conocemos.

Misiones que buscan respuestas

La exploración de estas lunas heladas ya ha comenzado y continuará incrementándose en los próximos años:

Morgan Cable, del JPL de la NASA, afirma que “es un momento extraordinario para la planetología,” ya que estas misiones podrían por primera vez detenerse a buscar vida fuera de la Tierra con nuevas herramientas científicas.

Analogías profundas entre la Tierra y estos mundos

Los ambientes terrícolas extremos (como esos pingos árticos) ofrecen un precedente excelente: microbios que prosperan sin luz solar y que pueden sobrevivir gracias a energía química sola. Es probable que en Europa, Encélado o Titán se den procesos similares, con reacciones químicas bajo el hielo que suplen la ausencia de fotosíntesis.

Además, en el caso de Encélado, se ha observado actividad hidrotermal y géiseres expulsando materiales que contienen hidrógeno—una fuente de energía potencial para la vida microbiana. Por su parte, Titán muestra procesos atmosféricos y superficiales ricos en compuestos precursores orgánicos, sugerentes de entornos químicos en estado activo .

Un nuevo paradigma: ¿somos únicos?

Robert Pappalardo, científico principal de Europa Clipper, advierte que descubrir vida en estos mundos podría desencadenar una “segunda revolución copernicana”: comprobar que nuestra banda de vida es un fenómeno común y no exclusivamente terrestre.

La búsqueda de vida en lunas heladas combina la exploración de entornos extremos en la Tierra con ambiciosas misiones espaciales. Europa, Encélado y Titán albergan océanos ocultos, fuentes de energía química y condiciones que podrían permitir la supervivencia de microbios fuera de nuestro planeta. La próxima década será clave: podríamos descubrir si nuestra biosfera es única… o solo una muestra más en el vasto cosmos.

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