Al este de las murallas de la antigua ciudad de Pompeya —sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C.— arqueólogos han descubierto una tumba monumental que presenta dos esculturas humanas esculpidas prácticamente al tamaño real de un hombre y una mujer. Estas figuras, parte de un relieve funerario, emergen con un realismo extraordinario desde el muro donde se erigía la sepultura, ubicada en la necrópolis de Porta Sarno.
La figura femenina alcanza una estatura de aproximadamente 1.77 m, ligeramente superior a la del hombre, que mide unos 1.75 m. Ella aparece ataviada con una túnica, manto y velo, adornada con joyas finas entre las que destaca un colgante en forma de media luna —conocido como lúnula— símbolo relacionado con la fertilidad. El hombre, por su parte, está representado con toga, emblema visual del ciudadano romano varón y su posición social.
Uno de los aspectos más reveladores del hallazgo es que la mujer sostiene en una mano una rama de laurel, tradicionalmente vinculada a rituales de purificación en contextos religiosos, y en la otra, lo que podría ser un pergamino. Estos elementos han llevado a los expertos a considerar la posibilidad de que la figura femenina represente a una sacerdotisa de Ceres, la diosa romana de la agricultura y la fertilidad.
Lejos de una mera representación conyugal, la iconografía apunta a que la mujer tenía un rol de autoridad religiosa, con una identidad reconocida por méritos propios dentro de la comunidad. En ese contexto, la cercanía entre las dos figuras podría reflejar una relación de parentesco u otro tipo de vínculo, aunque la ausencia de inscripciones deja su exacta relación en el misterio.
Este descubrimiento forma parte del proyecto de investigación “Investigando la Arqueología de la Muerte”, liderado desde julio de 2024 por el arqueólogo Llorenç Alapont, de la Universidad de Valencia, en colaboración con el Parque Arqueológico de Pompeya. Las esculturas han sido trasladadas a la Palestra Grande para someterse a restauración y serán puestas en exhibición en la muestra titulada “Ser mujer en la antigua Pompeya”, que abrirá al público el 16 de abril.
Relevancia del hallazgo en Pompeya
Este tipo de representación escultórica en relieve dentro de un contexto funerario es extremadamente poco común en el sur de Italia, lo que subraya su importancia arqueológica y cultural. La pieza no solo ofrece una ventana al arte funerario romano, sino que también visibiliza el papel significativo de las sacerdotisas, figuras públicas poderosas en un mundo dominado por la esfera doméstica femenina.
Este hallazgo ilumina una narrativa distinta del pasado: una mujer que ocupó un lugar destacado no por ser esposa, sino por su condición religiosa y social. Pompeya, con cada nuevo descubrimiento, sigue desafiando nuestras concepciones sobre la vida, la muerte y los roles de género en la antigua Roma.