En las excavaciones realizadas recientemente en los vestigios de la antigua ciudad de Olimpo, en la costa turca, arqueólogos desenterraron una iglesia datada en el siglo V, conocida como Iglesia Nº 1. Este edificio temprano no solo conserva mosaicos intrincados, sino que alberga inscripciones que transmiten mensajes dirigidos a los primeros cristianos, así como reconocimientos explícitos a quienes patrocinadores que financiaron su construcción. Estos elementos brindan una mirada más rica sobre la vida religiosa de la región en la Tardoantigüedad.
Diseño, mosaicos y mensaje de exclusión
Al ingresar a la iglesia, los devotos se encontraban con una inscripción ubicada estratégicamente en el umbral: “Solo aquellos que van por el camino correcto pueden ingresar aquí”. Este aviso estaba integrado en un mosaico que se prolonga desde la entrada hacia el interior del recinto. Además de los patrones geométricos y vegetales en los suelos, otros textos grabados destacaban el nombre de los benefactores que ayudaron a construir esta iglesia primitiva, lo que testimonia la colaboración social en la comunidad local.
Más que un templo: contexto urbano y arqueológico
La iglesia no era un edificio aislado: estaba acompañada por una estructura residencial fundada sobre un antiguo cementerio romano. Esto sugiere que, durante el período bizantino, la zona fue reconfigurada para albergar un conjunto habitacional vinculado a la religión y el culto, lo que aporta pistas sobre la reorganización urbana y cultural de la ciudad.
Deja un comentario Cancelar respuesta