La mosca comúnmente conocida como gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax), también llamada “mosco verde”, es un insecto de gran relevancia veterinaria y médica. Esta especie se caracteriza por depositar sus huevos directamente en heridas abiertas, mucosas lesionadas o en orificios naturales del cuerpo de animales, e incluso en humanos en situaciones oportunas. La particularidad de esta mosca reside en que sus larvas se alimentan del tejido vivo, generando una infestación dolorosa y potencialmente peligrosa denominada miasis.
Morfología de los adultos
Los adultos miden entre 8 y 9 milímetros de longitud, lo que los hace ligeramente más grandes que las moscas domésticas habituales. Su cuerpo exhibe un distintivo tono verde azulado, acompañado de ojos rojizos o amarillentos. En el dorso, lucen tres bandas horizontales, siendo la central más corta que las laterales.
Características de las larvas
Las larvas, cuya longitud oscila entre 6.5 y 17 milímetros, poseen una forma alargada y estrechada hacia adelante —lo que se describe como muscidiforme—, con una parte posterior truncada. Cada segmento corporal está provisto de bandas de espinas cortas, que pueden ser de una, dos o tres puntas. Internamente, exhiben dos troncos traqueales pigmentados oscuros que conectan desde las placas espiraculares.
Ciclo de vida y propagación
El ciclo biológico comienza cuando las hembras depositan los huevos en heridas abiertas o áreas mucosas. Tras una incubación que puede durar menos de 24 horas bajo condiciones favorables, las larvas emergen y se introducen en la herida, cavando en la carne viva y profundizando la lesión. Luego de aproximadamente siete días de alimentación interna, las larvas abandonan al hospedador y caen al suelo, donde se entierran y pupan. Si el entorno es adecuado, en menos de diez días emerge la mosca adulta.
Distribución geográfica y riesgos
Esta especie es endémica en vastas zonas de América del Sur, el sur de Centroamérica y algunas islas del Caribe. Aunque su principal blanco es el ganado, también puede afectar a las personas, sobre todo aquellas que cuidan reses o habitan en zonas rurales con presencia endémica, principalmente si poseen heridas abiertas y duermen al aire libre.
Impacto y medidas de control
La infestación genera una miasis dolorosa que puede derivar en infecciones bacterianas secundarias, causando fiebre o escalofríos. Asimismo, representa un grave problema para la sanidad animal y la salud pública. En respuesta, se implementan estrategias de control biológico usando la Técnica del Insecto Estéril (TIE): se liberan grandes cantidades de moscas macho esterilizadas, que al aparearse con hembras impiden la reproducción, reduciendo progresivamente la población del parásito.