En los últimos tiempos, el deshielo acelerado en Groenlandia ha dejado de ser un simple indicador del cambio climático para convertirse en un fenómeno que altera de forma directa los ecosistemas marinos. La desaparición de grandes capas de hielo está generando impactos inesperados en la proliferación del fitoplancton, microorganismos fundamentales para la vida oceánica.
Fenómeno observado: un impulso microbiano inesperado
Investigaciones recientes demuestran que el derretimiento de glaciares como el Sermeq Kujalleq, también conocido como Jakobshavn, está desencadenando un proceso ecológico sorprendente: el ascenso de aguas profundas cargadas de nutrientes, originado por plumas de agua dulce más ligera que la salada, genera corrientes ascendentes (surgencias) que revitalizan zonas superficiales con escasez de nutrientes. Este impulso ha provocado un aumento de entre el 15 % y el 40 % en la biomasa de fitoplancton durante los veranos en estas regiones costeras de Groenlandia.
Limitaciones del efecto sí, pero con reservas
No obstante, este auge biológico no se traduce en un mayor almacenaje de dióxido de carbono. El agua dulce que proviene del deshielo contiene menos sal y, por ende, disminuye la capacidad del océano para disolver CO₂. Según algunos modelos y datos satelitales, la ganancia en secuestro de carbono apenas alcanza un modesto 3 % anual, lo que limita su efecto mitigador frente al cambio climático.
Implicaciones para la cadena trófica y la pesca local
El fitoplancton es la base de una cadena alimentaria que sostiene desde pequeños copépodos y krill hasta peces, mamíferos marinos y, en última instancia, comunidades humanas que dependen de la pesca. Este crecimiento podría beneficiar temporalmente a especies como el fletán groenlandés, las focas anilladas, los narvales y hasta los osos polares. Sin embargo, los cambios en la composición fitoplanctónica podrían generar desequilibrios, desencadenar floraciones nocivas y modificar la dinámica de ecosistemas costeros enteros.
Limitaciones geográficas y temporales del fenómeno
Los glaciares que desembocan directamente en el mar (conocidos como “marino-terminales”) permiten el efecto de surgencia que favorece al fitoplancton. Pero cuando estos glaciares retroceden hacia tierra firme, ese mecanismo desaparece. Así, muchas zonas podrían perder ese beneficio biológico, aun cuando el deshielo continúe intensificándose.
Modelos predictivos y alcance futuro
Gracias al modelo numérico ECCO-Darwin (desarrollado por NASA, MIT y la Universidad Estatal de San José), los científicos han simulado con alta resolución cómo interactúan la física, la química y la biología oceánica en estas regiones. Aunque el efecto es significativo ahora, sus beneficios podrían no extenderse a lo largo del tiempo ni a otras zonas de Groenlandia —existen más de 250 glaciares con características distintas.
Balance reflexivo: ¿avanzamos o retrocedemos?
Este fenómeno, aunque sorprendente, no debe interpretarse como una ventaja ecológica. El fitoplancton está proliferando, pero en un contexto global adverso. El derretimiento de Groenlandia continúa elevando el nivel del mar, alterando la salinidad y debilitando la capacidad del mar para actuar como sumidero de carbono. Los riesgos —desde alteración de la biodiversidad hasta cambios perjudiciales en la pesca— siguen siendo elevados.
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