En las últimas semanas, el territorio mexicano ha experimentado intensas olas de calor. Sin embargo, se prevé que pronto se sientan los efectos del fenómeno de La Niña, un evento climático que se caracteriza por el enfriamiento a gran escala de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial. Este fenómeno es la contraparte de El Niño y, al igual que este, tiene la capacidad de causar alteraciones significativas en el clima global.
La Organización Mundial Meteorológica (OMM) ha indicado que los efectos de cada evento de La Niña pueden variar en términos de intensidad, duración y el momento del año en que se manifiestan. No obstante, es común que La Niña provoque impactos climáticos opuestos a los de El Niño, especialmente en las regiones tropicales.
El Servicio Meteorológico Nacional de México (SMN) ha emitido un comunicado informando que hay un 49% de probabilidad de que el fenómeno de La Niña se desarrolle en el país entre junio y agosto. Esta probabilidad aumenta a un 69% para el periodo comprendido entre julio y septiembre.
Según el último reporte del SMN, fechado el 11 de junio, México actualmente se encuentra bajo los efectos del fenómeno de El Niño, conocido por causar sequías durante el verano en el país.
Aunque tanto El Niño como La Niña son fenómenos naturales y cíclicos, la Organización Mundial Meteorológica ha señalado que estos eventos ahora ocurren en el contexto de una emergencia climática global, que está elevando las temperaturas mundiales y afectando los patrones de lluvia y temperatura estacionales.
En el año 2024, se espera que La Niña se desarrolle tras nueve años consecutivos de registrar las temperaturas más altas, según la OMM. “Nuestro clima continuará siendo más extremo… Por ello, la iniciativa de Alertas Tempranas sigue siendo la máxima prioridad. Los pronósticos estacionales para El Niño y La Niña, así como los impactos previstos en los patrones climáticos globales, son herramientas cruciales para informar”, destacó Ko Barrett, experta en políticas climáticas y líder de la delegación de la OMM en la sesión de Cambio Climático de la ONU.
El fenómeno de La Niña se caracteriza principalmente por un enfriamiento del clima. Se ha observado que también incrementa la probabilidad de fenómenos climáticos extremos, tales como huracanes en el Atlántico y sequías en algunas regiones de América del Sur.
De acuerdo con las últimas actualizaciones climáticas de la OMM, las predicciones para La Niña en 2024 incluyen los efectos típicos: lluvias por encima de lo normal en el extremo norte de Sudamérica, América Central, el Caribe, el norte del Cuerno de África y el Sahel, partes del suroeste de Asia y el centro del archipiélago marítimo.
En México, esto se traduce en expectativas de lluvias intensas. La Comisión Nacional del Agua ha estimado que la temporada de lluvias, ciclones y huracanes en 2024 será más activa que el año anterior debido a la influencia de La Niña. Se prevé la formación de entre 15 y 18 ciclones tropicales en el Pacífico, lo cual está en línea con la media histórica. Sin embargo, en el Atlántico se anticipa la formación de entre 20 y 23 ciclones, un aumento del 50%.
Christian Domínguez, meteoróloga e investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó que “La Niña, que provoca temperaturas de la superficie del Pacífico muy frías, cambia los patrones climáticos a nivel global y favorece que se formen más ciclones tropicales en el Atlántico”.