Los perros guía logran salvar vidas al brindar libertad, seguridad y autonomía a quienes asisten, aseguró la especialista en comportamiento, manejo y bienestar animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Lucía Pérez Manrique.
La experta en etología clínica de esa entidad académica destacó que los cuadrúpedos requieren de entrenamiento especializado y de un estrecho vínculo con la persona que auxilian.
Los perros deben tener obediencia especial, incluso puede vislumbrase cierto criterio en ellos, no son como robots, y así lo demuestran en cada obstáculo que encuentran a su paso: “frente algún inmueble, puesto, bache, una banqueta levantada, detrás de todo eso, ellos te guían”, dijo.
La académica es asistida por Kalinka, una bóxer de aproximadamente ocho años de edad que rescató de una azotea siendo cachorra.
“Hace un año tuve un accidente, me caí de seis metros al concreto, y parte de las lesiones que tuve hicieron que se me rompieran las fibras del nervio óptico, entonces perdí la visión del ojo derecho. A partir de muy malas experiencias que he tenido tratando de caminar alrededor de mi casa, para sostener mi autonomía, empecé a entrenar a la perrita, compré su arnés, y ahora me libra de obstáculos que ya no puedo ver de mi lado derecho”, relató la universitaria.
Lo anterior le ha permitido entender la falta de empatía de quienes miran convencionalmente. “Lo que percibo todos los días es que las personas te miran con la perra guía y no te dan el paso, por lo que hago un llamado a que lo hagan”.
Con información de DGCS UNAM