El mundo del espectáculo ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas. Yolanda Montes, mejor conocida como Tongolele, falleció a la edad de 93 años, dejando tras de sí un legado imborrable en la historia del cine mexicano. Su nombre permanecerá en la memoria colectiva gracias a su participación en numerosas producciones cinematográficas durante la Época de Oro del cine nacional.
Durante sus últimos años de vida, Tongolele estuvo alejada de los reflectores y los escenarios debido a que padecía demencia senil, una enfermedad neurodegenerativa que afecta progresivamente las funciones cognitivas esenciales. Esta condición la mantuvo apartada de la vida pública y de la industria del entretenimiento en la que brilló por décadas.
En reconocimiento a su trayectoria y como muestra de respeto, la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) emitió un mensaje de condolencias a sus seres queridos. En el comunicado oficial, la institución resaltó el impacto de la artista en el cine y la vida nocturna mexicana. “La Asociación Nacional de Intérpretes comunica el sensible fallecimiento de nuestra socia intérprete Yolanda Montes ‘Tongolele’. Actriz y vedette de origen norteamericano que alcanzó gran popularidad en la cinematografía y en el mundo del espectáculo nocturno en México. Se le recuerda por su participación en películas como ‘Nocturno de amor’ y ‘¡Han matado a Tongolele!’, donde consolidó su carrera en 1948. Expresamos nuestras condolencias a familiares y amigos en nombre del Consejo Directivo y Comité de Vigilancia de la ANDI.”
¿Quién fue Tongolele?
Nacida en Spokane, Washington, en el año 1933, Yolanda Montes llegó a México en 1947 y dejó una marca indeleble en el ámbito artístico del país. Su estilo de danza era único, combinando movimientos sensuales con una presencia escénica magnética que la distinguió del resto de las bailarinas de su tiempo. Su impacto en el mundo del cabaret y el cine fue inmediato, convirtiéndose en una de las intérpretes más icónicas de la época.
Su debut en el país ocurrió en un espectáculo de variedades en la ciudad de Tijuana, Baja California. Desde su primera aparición en el escenario, su estilo despertó tanto admiración como polémica. Mientras que algunos la consideraban una artista innovadora, otros sectores más conservadores la criticaban por su propuesta escénica, que calificaban de audaz e inapropiada. Paradójicamente, estas críticas solo contribuyeron a aumentar su popularidad y consolidar su nombre en la industria.
El impacto inicial de su carrera no se limitó al ámbito del cabaret. Pronto, su talento la llevó a incursionar en el cine, donde logró establecerse como una de las estrellas más influyentes de su generación. A lo largo de los años, su figura se convirtió en sinónimo de sensualidad, arte y talento.
El legado de Tongolele trascendió más allá de sus actuaciones en la gran pantalla y los escenarios. Su influencia en la cultura mexicana ha sido ampliamente documentada. El escritor José Emilio Pacheco la mencionó en su novela ‘Las batallas en el desierto’ (1980), describiéndola como una figura enigmática que despertaba una profunda fascinación en su tiempo.
Por su parte, la revista académica ‘Imágenes Estéticas’ de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha destacado el impacto que tuvo Tongolele en la danza y el espectáculo en México. Su presencia no solo dejó huella en el ámbito artístico, sino que también contribuyó a desafiar las normas de género en una sociedad donde las mujeres enfrentaban múltiples restricciones y desafíos en la esfera pública.
A través de su trabajo en el cine y el entretenimiento, Tongolele abrió camino para muchas otras mujeres que aspiraban a destacar en el mundo del espectáculo. Su carrera no solo representó una expresión artística, sino que también se convirtió en un símbolo de empoderamiento y libertad en una época marcada por estrictas normas sociales. Su legado perdurará en la historia de la cultura mexicana, inspirando a futuras generaciones de artistas y bailarinas.