Una jornada inolvidable se vivió en el Planetario de Cancún, donde más de 350 personas se reunieron para participar en una actividad de avistamiento de aves que superó todas las expectativas. Familias, jóvenes y entusiastas de la naturaleza se dieron cita para observar, aprender y reconectar con la biodiversidad del norte de Quintana Roo.
La actividad fue organizada en colaboración con Pajareando en el norte de Quintana Roo, un colectivo comprometido con la divulgación del conocimiento y la conservación de las aves de la región. Las guías Tatiana Velasco y Natalia Núñez compartieron su experiencia y pasión con los asistentes, guiando la observación con explicaciones detalladas que despertaron aún más el interés de los presentes.

Auditorio desbordado por el avistamiento de aves
El evento se llevó a cabo en el auditorio del Planetario de Cancún, que cuenta con 190 asientos. Sin embargo, la respuesta del público fue tan entusiasta que decenas de personas ocuparon escaleras y pasillos, y más de 100 asistentes se quedaron afuera con la esperanza de ingresar.

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La cifra total de participantes superó las 350 personas, lo que evidencia el creciente interés por las actividades al aire libre vinculadas con la ciencia y el medio ambiente.
Este notable aforo no solo fue una grata sorpresa para los organizadores, sino que también reafirmó que Cancún tiene una comunidad vibrante y comprometida con el disfrute responsable de su riqueza natural. “Nos emociona ver a tantas personas interesadas en aprender sobre las aves. Es un impulso importante para seguir promoviendo estos espacios”, señaló el equipo de Pajareando.

Compromiso con la conservación
Además de fomentar el gusto por el avistamiento de aves, el evento buscó fortalecer la conciencia ambiental y promover el respeto por los ecosistemas locales. Las aves, muchas de ellas endémicas o migratorias, son indicadores clave de la salud ambiental, y conocerlas es un primer paso para protegerlas.

Los organizadores agradecieron profundamente la participación y extendieron la invitación a futuras “pajareadas” o salidas de observación. “¡Nos vemos pronto en las siguientes actividades! Esta tarde con alas fue apenas el comienzo”, expresaron al cierre del evento.

Cancún demostró que el amor por la naturaleza está más vivo que nunca, y que iniciativas como esta tienen un enorme potencial para seguir inspirando.