¡Orgullosa estudiante! Con una sonrisa que reflejaba orgullo y emoción, la joven Jomary Sarmiento Eslava culminó sus estudios de bachillerato este viernes 27 de junio de 2025, en el IEBO Plantel 36 de San Pedro Ixcatlán, Oaxaca, luciendo un hermoso huipil de gala tradicional de su comunidad.
En un acto profundamente simbólico, Jomary decidió portar esta indumentaria representativa de sus raíces mazatecas durante la ceremonia de clausura, convirtiéndose así en ejemplo de cómo el compromiso con la educación puede convivir en armonía con el respeto y el amor por la cultura de origen.
Un símbolo de identidad cultural
Su elección no solo resaltó por su colorido y belleza, sino por el mensaje que transmitió a todo el alumnado, personal docente y familias presentes de Oaxaca.
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El huipil que portó no fue cualquier prenda. Fue una obra artesanal hecha con esmero por su madre y sus tías, quienes lo bordaron especialmente para la ocasión.
Con este gesto, la familia de Jomary no solo celebró el logro académico de la joven, sino que reafirmó el valor de las tradiciones comunitarias transmitidas de generación en generación.
Un mensaje inspirador para la juventud
La estudiante Jomary se convirtió en un ejemplo para muchas personas jóvenes, especialmente aquellas que luchan por avanzar académicamente sin perder el vínculo con su historia y sus raíces. Su gesto reafirma que el orgullo por la identidad indígena no está reñido con el progreso académico y profesional.
“Es posible alcanzar nuestras metas sin dejar de ser quienes somos. No hay razón para renunciar a nuestras tradiciones; al contrario, debemos llevarlas con orgullo a cada nuevo escenario al que llegamos”, comentó una docente del plantel, visiblemente conmovida por la imagen de la joven.
El evento fue cubierto por medios locales, que destacaron el valor de la acción de Jomary como un recordatorio de que la cultura viva no solo se preserva en los libros o museos, sino en las decisiones cotidianas que dan visibilidad a la riqueza de los pueblos originarios.
Con esta emotiva graduación, la estudiante Jomary no solo cierra una etapa educativa, sino que abre una nueva en la que su voz, su ejemplo y su vestimenta seguirán contando una historia de identidad, esfuerzo y amor por sus raíces mazatecas.
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