Estados Unidos y China acordaron una reducción temporal de aranceles durante 90 días, tras negociaciones lideradas por Donald Trump y Xi Jinping. El pacto, anunciado el 10 de mayo de 2025, busca aliviar tensiones comerciales.
Trump propuso aranceles del 25% a productos chinos, pero aceptó una pausa para fomentar el diálogo. China, a cambio, reducirá impuestos a bienes estadounidenses, como soya y automóviles.
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El acuerdo responde a presiones internas en ambos países. En EE.UU., los consumidores enfrentan alzas de precios, mientras China busca estabilizar su economía ante exportaciones débiles.
La Secretaría de Agricultura de EE.UU. destacó la colaboración con México en el marco del T-MEC, sugiriendo que la tregua podría beneficiar el comercio regional.
Analistas advierten que los 90 días son un plazo corto para resolver disputas estructurales. Temas como propiedad intelectual y subsidios chinos siguen sin resolverse.
El pacto ha generado reacciones mixtas en X. Algunos celebran la desescalada, pero otros temen que sea una estrategia política de Trump antes de nuevas elecciones.
México observa de cerca, ya que el T-MEC podría verse afectado por cambios en las cadenas de suministro. Claudia Sheinbaum ha defendido la cooperación trilateral.
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La Bolsa de Nueva York reaccionó con alzas tras el anuncio, pero la incertidumbre persiste. Los mercados asiáticos también mostraron ganancias moderadas.
Si las negociaciones fracasan, los aranceles podrían reactivarse en agosto. Ambos países preparan planes de contingencia para proteger sus economías.
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