La limpieza de la cocina es esencial para garantizar la salud de toda la familia, ya que es el lugar donde se preparan los alimentos. Sin embargo, lo que parece ser una herramienta de limpieza fundamental, como las esponjas para lavar los trastes, puede ser en realidad un riesgo para la salud, debido a que son focos de acumulación de bacterias y otros microorganismos que podrían causar enfermedades graves.
Las esponjas de cocina, aunque son eficaces para remover la grasa y los residuos de comida, pueden albergar millones de bacterias si no se cambian o desinfectan de manera adecuada.
¿Por qué las esponjas lavatrastos podrían ser peligrosas?
Según el Dr. Sebastián Arrieta, especialista en salud y quien comparte información valiosa en su cuenta de Instagram (@doctorarrietam), una esponja sucia puede ser el origen de problemas de salud graves, incluyendo neumonía, infecciones estomacales y daño hepático.
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Estos problemas se deben a microorganismos perjudiciales que proliferan en las esponjas, como E. Coli, enterobacter, klebsiella y salmonella. Estas bacterias no solo afectan el sistema digestivo, sino que también pueden causar infecciones urinarias, de piel y respiratorias.
La acumulación de bacterias y hongos en la esponja puede no solo limitar su eficacia, sino también convertirlas en focos de infección que, sin saberlo, pueden estar afectando la salud de la familia.
Aunque parece un detalle menor, cambiar regularmente las esponjas de cocina o mantenerlas desinfectadas es una medida sencilla pero poderosa para prevenir enfermedades que pueden ser realmente graves.
¿Cómo evitar que las esponjas se infecten?
Para evitar que las esponjas se conviertan en un riesgo, el Dr. Arrieta recomienda varios métodos de desinfección. Uno de los más sencillos es colocar la esponja mojada en el microondas durante un minuto, de dos a tres veces por semana, para eliminar bacterias.
También es posible desinfectarla sumergiéndola en una mezcla de agua con cloro (una parte de cloro por diez de agua) durante al menos cinco minutos, y luego enjuagar bien antes de usarla nuevamente.
Además, es importante reemplazar la esponja cada semana o, como máximo, cada seis semanas, dependiendo de su marca y uso.
Mantener una cocina limpia no solo se trata de eliminar residuos visibles, sino también de controlar los microorganismos invisibles que pueden esconderse en elementos de uso diario como las esponjas.