La población de osos ha experimentado un gran incremento a lo largo de los últimos años, lo que ha provocado un aumento considerable en el avistamiento de estos animales y los encuentros con personas.
Aunque es ocasiones pueden darse acercamientos a núcleos poblados, lo más común es que los encuentros con osos sucedan cuando los humanos se adentran en plena naturaleza.
Hay que destacar que el riesgo de ataque es ínfimo, en los últimos treinta años tan solo se han documentado ocho incidentes con contacto físico en la Cordillera Cantábrica y dos en los Pirineos, ninguno de ellos con un desenlace fatal.
Aún así, es importante saber cómo comportarse si nos encontramos ante una situación así, lo que ha llevado a la Generalitat, junto con la Fundación Oso Pardo, ha elaborar un manual de actuación.
Está bien que queramos adentrarnos en la naturaleza para observarla y disfrutar de ella, pero siempre con prudencia y evitando cualquier aventura que implique riesgos.
Si nos encontramos en una zona donde sabemos de la presencia de osos u otros animales salvajes debemos seguir los senderos y no adentrarnos en áreas de vegetación cerrada.
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En caso de avistar huellas o cualquier otro indicio de la presencia de osos, en ningún caso debemos seguirlos. También es aconsejable tener cuidado con la comida que atraiga a mamíferos y con los perros, llevarlos bien controlados para evitar que se escapen.
Generalmente un oso evitará el contacto con las personas, a las que detecta desde cierta distancia. Es importante que los humanos también eviten el contacto con los osos.
Hay situaciones en las que deberíamos ser todavía más precavidos, como por ejemplo el encuentro con una hembra acompañada de sus cachorros o con un oso que se encuentra herido o comiendo carroña. En estos casos es aconsejable retirarse muy lentamente y sin hacer ruido.
Lo más importante es que no nos vea como un peligro, algo que podría suceder al realizar aspavientos, movimientos bruscos o comenzar a gritar.
Si el animal se siente amenazado podría comenzar a correr hacia nosotros y en este momento es importante que tratemos de mantener la calma y nunca ser bruscos o amenazantes con él. Si se dirige hacia nosotros, lo mejor es alejarse muy despacio y sin perderlo de vista.
Por último, en caso de encontrarnos con un oso desde nuestro vehículo, algo muy poco frecuente, no debemos acercarnos a él bajo ningún concepto.
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Con información de Vanguardia