El día de ayer 11 de octubre, un grupo de apenas 12 personas familiares -especialmente
madres- de personas desaparecidas en el centro y sur del Estado de Quintana Roo, fueron
reprimidas y agredidas por integrantes de la policía estatal, que haciendo uso de la fuerza
pública, dejó como resultado un total de 10 personas lesionadas.
Dicha agresión se suscitó alevosamente a partir de que una funcionaria de la Fiscalía,
identificada como Aroshi llamó a la representante de la agrupación “Verdad, Memoria y
Justicia”, la C. Romana Rivera junto con dos madres más para sostener una entrevista
virtual con el Fiscal. La ausencia de la directiva fue aprovechada para agredir a las demás
víctimas de desaparición asistentes a la movilización.
Desalojar es agredir, jalonear es agredir, corretear es agredir, patear es agredir, cargar entre
cuatro es agredir. La policía estatal agredió a las manifestantes, hay evidencias. Fotografíar
a los y las periodistas que cubren la nota es agredir, usar bots para falsificar información y
denostar la labor periodística, también es agredir.
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Las madres buscadoras de México y las de Quintana Roo son el gran ejemplo de la
ciudadanía de un país que se resiste a la barbarie en la que nos tiene sumidas la ausencia
de estado de derecho.
Tan sólo desde el año 2020, cifras oficiales señalan la desaparición
de al menos 1555 personas en el estado de Quintana Roo. La violencia ejercida por parte
del gobierno de Q. Roo a las Madres Buscadoras es una muestra de brutalidad, una
violación a los derechos humanos básicos, y es un aval al crimen de lesa humanidad que
representa la desaparición de personas que flagela al país entero y al estado de Quintana
Roo. Es una continua agresión a todas, a todos.
Quien dio la orden y quienes la ejecutaron deben ser juzgados y procesados conforme a lo
que marcan las leyes mexicanas. Quien resulte responsable por parte del Estado debe
reconocer este grave error, debe repararlo y responsabilizarse garantizando la NO
REPETICIÓN.
Debe además dedicar voluntad y recursos para la búsqueda de las personas
desaparecidas y sobre todo debe cuidar a las madres buscadoras protegiendo su integridad
física y mental ya que representan la fuerza moral de México.
Colectivo Ni una menos Quintana Roo