El 24 de diciembre de 1800, París se convirtió en el escenario de una complot audaz: rebeldes monárquicos intentaron asesinar a Napoleón Bonaparte.
Atacan a Napoleón con una bomba
Estos lo atacaron con una bomba mientras se dirigía a la ópera.
En un giro inesperado, la tragedia fue evitada por meros segundos, alterando el rumbo de la historia francesa.
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Napoleón, recién consolidado como primer cónsul de la República Francesa, se enfrentaba a oposición y conspiraciones desde distintos frentes políticos.
Los monárquicos, deseosos de restaurar el régimen borbónico, planeaban su asesinato.
El 24 de diciembre, un grupo liderado por Georges Cadoudal, un antiguo líder rebelde, orquestó un atentado utilizando una “máquina infernal”, una bomba oculta en un barril de vino.
Sin embargo, el destino jugó a favor de Napoleón Bonaparte. La ejecución del plan se vio obstaculizada por la prontitud de su carruaje y la distracción de los conspiradores.
La explosión se produjo cuando el cortejo de Napoleón ya había pasado, hiriendo a transeúntes y provocando estragos en la calle Saint-Nicaise.
Este atentado, único en su enfoque, impactó en la política francesa.
Aunque los culpables eran monárquicos, Napoleón aprovechó la oportunidad para reprimir a los jacobinos, sus enemigos políticos, consolidando su autoridad.
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Este intento fallido de asesinato contribuyó a moldear el camino hacia el eventual ascenso de Napoleón al trono imperial francés.
