El próximo 18 de septiembre de 2024, México será testigo de un evento astronómico verdaderamente extraordinario: un eclipse lunar parcial que coincidirá con el perigeo de la Luna, es decir, el punto en su órbita donde se encuentra más cerca de la Tierra. Este fenómeno promete ofrecer no solo una vista espectacular, sino también una oportunidad única para observar en detalle las diversas fases que caracterizan un eclipse lunar.
Según el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona, un eclipse lunar se produce cuando la Tierra se posiciona directamente entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra sobre la superficie del satélite. En esta ocasión, se tratará de un eclipse parcial, lo que significa que solo una fracción de la Luna pasará por la sombra proyectada por nuestro planeta.
Este proceso consta de varias fases cruciales que los observadores podrán seguir a lo largo de la noche:
1. Primer Contacto con la Penumbra (P1): El eclipse comienza cuando la Luna empieza a penetrar en la penumbra de la Tierra, una sombra tenue que causa un leve oscurecimiento en la superficie lunar.
2. Primer Contacto con la Sombra (U1): A medida que la Luna se adentra más en la sombra terrestre, alcanza la umbra, la parte más oscura de la sombra, marcando el inicio de la fase de parcialidad del eclipse.
3. Segundo Contacto con la Sombra (U2): Aunque este eclipse no alcanzará la fase de totalidad, el momento en que la Luna está más profundamente inmersa en la umbra se conoce como U2, y es aquí donde la parcialidad alcanza su máximo.
4. Tercer Contacto con la Sombra (U3): A partir de este punto, la Luna comenzará a emerger de la umbra, señalando el inicio del fin de la fase de parcialidad.
5. Cuarto Contacto con la Penumbra (P4): Finalmente, la Luna saldrá completamente de la penumbra, marcando el término del eclipse.
Durante este evento, los espectadores podrán observar cómo la Luna adopta un tono rojizo distintivo, fenómeno popularmente conocido como “Luna de sangre”. Este color se debe a un proceso llamado dispersión de Rayleigh, donde la luz solar se filtra a través de la atmósfera terrestre, dejando que los tonos rojos y naranjas se proyecten sobre la superficie lunar.
Los eclipses lunares son fenómenos astronómicos que capturan la imaginación y son relativamente fáciles de observar. No se requiere de equipo especializado para disfrutar del espectáculo, aunque el uso de binoculares o un pequeño telescopio puede mejorar considerablemente la experiencia visual. Para aprovechar al máximo este eclipse, simplemente busca un lugar con una vista despejada del cielo nocturno y prepárate para maravillarte con la transformación de la Luna mientras cambia de color y de fase a lo largo de la noche.