La prisión de Guantánamo, ubicada en una base militar estadounidense en Cuba, ha sido objeto de múltiples denuncias por violaciones a los derechos humanos desde su inauguración en 2002.
Ahora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de utilizarla como centro de detención para migrantes en situación irregular, lo que ha generado una ola de críticas a nivel internacional.
Donald Trump el uso de Guantánamo
El mandatario firmará un decreto que ordena a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior preparar las instalaciones para albergar hasta 30 mil migrantes. “Firmaré hoy un decreto ordenando a los Departamentos de Defensa y Seguridad Interior que comiencen a preparar las instalaciones para 30 mil migrantes en la bahía de Guantánamo”, declaró Trump.
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Además, aseguró que los detenidos serán “criminales” y justificó la medida afirmando que “algunos son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen”.
El argumento de Trump se basa en la necesidad de duplicar de inmediato la capacidad de detención de su gobierno. Para ello, señala a Guantánamo como un “lugar del que es difícil salir”.
Estas declaraciones se enmarcan dentro de su discurso político de endurecimiento de políticas migratorias, en el que ha reiterado su postura de que los migrantes representan una “invasión” y “envenenan la sangre” del país, expresiones que han sido señaladas como racistas y peligrosas por distintos sectores.
Reacciones internacionales y críticas a la decisión
Las reacciones a esta medida no tardaron en aparecer. Desde Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel condenó la decisión, calificándola como un “acto de brutalidad”. “En acto de brutalidad, nuevo gobierno de EE.UU. anuncia encarcelamiento en Base Naval en Guantánamo, ubicada en territorio de Cuba ilegalmente ocupado”, escribió en X.
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También denunció que Estados Unidos pretende expulsar forzosamente a miles de migrantes y ubicarlos “junto a las conocidas cárceles de tortura y detención ilegal”.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado las condiciones en Guantánamo, advirtiendo que migrantes han sido vigilados al llamar a sus abogados y han sido sometidos a condiciones insalubres, incluyendo la presencia de ratas. Activistas aseguran que convertir Guantánamo en un centro de detención masivo solo agravará la crisis humanitaria y han exigido que se respeten los derechos de los migrantes, muchos de los cuales huyen de la violencia y la pobreza en busca de una mejor vida.
Esta decisión de Trump también reaviva la tensión con Cuba, que históricamente ha exigido la devolución del territorio de Guantánamo, ocupado por Estados Unidos desde 1903. Con este nuevo uso de la prisión, el debate sobre su cierre definitivo vuelve a estar sobre la mesa.
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