La familia Barbachano se encuentra en el centro de una disputa que amenaza con obstaculizar la apertura del área arqueológica de Chichén Viejo, en Yucatán, una zona de gran importancia para el proyecto del Tren Maya. La controversia gira en torno a un conflicto por tierras, encabezado por Fernando Barbachano, que ha llevado a la suspensión de las obras de restauración e investigación por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Se disputan tierras en Chichen, Yucatán
El cierre del acceso al área conocida como Chichén Viejo o Grupo Serie Inicial, parte de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, ha generado preocupación y tensiones. La familia Barbachano, propietaria del Hotel Hacienda Chichén, cerró el acceso, lo que ha llevado a la suspensión de los trabajos de restauración que estaban en marcha como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
La historia de la disputa se remonta al año 2010, cuando el Gobierno de Yucatán realizó un contrato de compraventa con la familia Barbachano, adquiriendo 83 hectáreas de la zona arqueológica de Chichén Itzá por 220 millones de pesos. Sin embargo, 13 años después, la familia se ha negado a entregar estas tierras, lo que ha generado un conflicto con el gobierno federal.
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Esta situación ha surgido a escasas semanas de la inauguración planificada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como parte de los atractivos turísticos del Tren Maya en Yucatán.
A pesar de las negociaciones en curso, el acceso al Grupo Serie Inicial ha sido bloqueado con una manta que advierte sobre la propiedad privada y las posibles consecuencias legales para los invasores.
La situación también involucra aspectos legales, ya que el Código Penal de Yucatán establece sanciones para el allanamiento de morada con violencia. Este conflicto pone en peligro el progreso de las obras de restauración e investigación en Chichén Viejo, un complejo habitacional de rica herencia arqueológica que albergó a figuras destacadas de la cultura maya.
Chichén Viejo es un conjunto arquitectónico que precedió a la zona nuclear de Chichén Itzá en el periodo Clásico Tardío (600-800 d.C.). Entre sus elementos destacados se encuentran el Palacio de los Falos, el Templo de los Búhos y otras estructuras de relevancia histórica.
La disputa por las tierras y el cierre del acceso a Chichén Viejo plantean interrogantes sobre el futuro de este importante sitio arqueológico y su contribución al proyecto del Tren Maya en Yucatán.
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La resolución de este conflicto será fundamental para garantizar la conservación y preservación de la rica herencia cultural que representa Chichén Viejo.