Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que este año se conmemora el 50 aniversario de la Marcha del Orgullo LGBTTTI?
Que tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos del inicio de la lucha por los derechos de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual para autoafirmarse con dignidad e igualdad, y tener una mayor visibilidad como grupo, dejando atrás la vergüenza y el estigma social que sufrieron por siglos.
Todo comenzó en Nueva York, el 28 de junio de 1969, cuando la policía allanó el club gay Stonewall Inn, lo que resultó en las manifestaciones de protesta de los clientes, el personal y los vecinos del bar, mismas que se prolongaron durante varios días. El mensaje era claro: los manifestantes exigían el establecimiento de lugares a donde las personas LGBT pudieran acudir y exteriorizar su orientación sexual sin temor a ser arrestadas. El Mes del Orgullo se le acredita a la activista bisexual Brenda Howard, conocida ahora como “La Madre del Orgullo”, quien organizó el primer desfile, un año después de los disturbios de Stonewall.
En esa primera Marcha del Orgullo de la Ciudad de Nueva York, el 28 de junio de 1970, desfilaron entre 3 y 5 mil manifestantes, y desde entonces lo hacen cientos de miles, no solo en Nueva York, donde en 2019 participaron dos millones de personas, sino en muchos lugares del mundo, México incluido.
La marcha de este año coincide no solo con las restricciones de seguridad a que obliga la pandemia de Covid-19, sino con las protestas por el racismo y las manifestaciones en contra de la brutalidad policial y las injusticias sociales. Sin embargo, como comenta un veterano de la Marcha por el Orgullo LBGTTTI, también hay de qué sentirse orgullosos; por ejemplo: el fallo de la Suprema Corte estadunidense, el pasado 15 de junio, por el que ni gobiernos ni empresas podrán negar un empleo ni despedir a alguien por su orientación sexual o identidad de género; que en México, el máximo tribunal se pronunciara a favor del matrimonio de las personas del mismo sexo, incluyendo el derecho a la adopción y la seguridad social; que muchas celebridades en el mundo del cine, los deportes, la política y las artes salgan a la luz y sean aceptadas; que cada vez más padres de familia reconozcan y aprueben la orientación sexual y/o la expresión de género de sus hijos; que muchos líderes religiosos hayan aceptado a personas LGBT en lugar de condenarlas al infierno; y que muchos proveedores de atención médica salud pública, investigadores y científicos de esa comunidad se encuentren luchando cotidianamente contra la pandemia de Covid-19 a nivel mundial.