Lo que debía ser un último adiós digno se convirtió en una pesadilla para decenas de familias en Quintana Roo. Autoridades clausuraron un crematorio de mascotas en el municipio de Othón P. Blanco, donde los dueños recibían urnas con tierra en lugar de las cenizas de sus animales.
El hallazgo se dio tras una serie de denuncias de más de 50 personas que sospechaban haber sido víctimas de fraude. Las investigaciones llevaron a las autoridades hasta un terreno baldío en la colonia Barrio Bravo, donde fueron encontrados alrededor de 150 cadáveres de perros y gatos que supuestamente habían sido incinerados.
Según la Fiscalía General del Estado (FGE), los clientes pagaban entre mil 500 y 2 mil 500 pesos por paquetes funerarios que incluían certificado de cremación, urna biodegradable, “biocenizas” y entrega a domicilio. Sin embargo, los hornos del crematorio nunca fueron utilizados y el negocio no contaba con permisos municipales ni licencias de funcionamiento.
Un fraude con apariencia de ceremonia
El lugar incluso ofrecía servicios de tanatología, psicología gratuita y despedidas simbólicas con flores e incienso. Los clientes acudían al sitio convencidos de que estaban dando un cierre digno a la vida de sus mascotas, sin imaginar que sus cuerpos serían abandonados en bolsas plásticas en terrenos aledaños.
TAL VEZ TE INTERESE: Joven muere aplastado por una bóveda en una funeraria de Texas
La FGE detuvo a dos personas relacionadas con el caso: Guillermo Alejandro “N”, propietario del crematorio, señalado de haber organizado las falsas cremaciones, y Briseidy “N”, quien se encargaba de recibir los pagos y realizar las ceremonias. Ambos enfrentarán cargos por fraude y delitos contra el medio ambiente y la fauna.
Indignación y dolor entre los afectados
Las denuncias siguen aumentando: hasta el momento suman más de 80, y las autoridades ya aseguraron tres predios donde continúan los trabajos de inspección. En redes sociales, decenas de usuarios expresaron su indignación y exigieron justicia por el daño emocional y moral causado a las familias afectadas.
El caso ha reabierto el debate sobre la regulación de los servicios funerarios para mascotas en México, un sector que crece rápidamente, pero que aún carece de supervisión y control. Las autoridades llamaron a los ciudadanos a verificar que los establecimientos cuenten con los permisos adecuados antes de contratar cualquier servicio.
