Confusión en Venezuela: Detención y liberación de María Corina Machado tras protestas

María Corina Machado, reconocida líder de la oposición en Venezuela, habría sido detenida por individuos presuntamente vinculados al gobierno de Nicolás Maduro

Confusión en Venezuela: Detención y liberación de María Corina Machado tras protestas

Confusión en Venezuela: Detención y liberación de María Corina Machado tras protestas

María Corina Machado, una de las figuras más destacadas de la oposición venezolana, ha vuelto a aparecer en el escenario político tras permanecer más de cuatro meses en la clandestinidad. Su regreso ocurrió en un contexto de alta tensión, cuando encabezó una multitudinaria protesta en Caracas en contra de la investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Este evento marcó un punto de inflexión en la crisis política del país, pues Machado había estado evitando la persecución del régimen chavista, que la acusa de traición a la patria.

La desaparición de María Corina Machado

La manifestación, que tuvo lugar en el barrio financiero de Chacao, reunió a miles de personas que exigían que Edmundo González Urrutia, y no Maduro, asumiera la presidencia, argumentando que González había ganado legítimamente las elecciones de julio. Durante el acto, Machado llegó a bordo de una camioneta, sin chaleco antibalas ni casco, y se subió al techo del vehículo para dirigirse a la multitud. Con los brazos alzados y un mensaje claro, proclamó: “¡No tenemos miedo!”, desafiando la militarización de la ciudad por parte del régimen chavista. La oposición considera este momento como un punto de quiebre en la historia del país, un intento de poner fin a 25 años de revolución bolivariana.

Sin embargo, lo que debía ser una jornada de resistencia pacífica se tornó caótica y confusa. Según denuncias de su equipo y testigos presenciales, al finalizar la concentración, Machado fue interceptada por agentes vinculados al régimen. Estos dispararon al aire mientras detenían la moto en la que viajaba, obligándola a bajar por la fuerza. Durante un breve periodo, la líder opositora estuvo retenida, y se reportó que fue forzada a grabar videos antes de ser liberada. La confusión sobre su paradero y las circunstancias de su liberación mantuvieron a Venezuela en vilo durante horas.

Edmundo González, quien se encuentra exiliado en España, reaccionó de inmediato al enterarse de la detención. A través de un mensaje contundente, exigió la liberación de Machado y advirtió a los cuerpos de seguridad: “No jueguen con fuego”. Por su parte, un alto funcionario chavista negó la detención, afirmando que Machado estaba en su casa y desestimando las denuncias como un intento de desestabilización.

El clima de incertidumbre y tensión aumentó a medida que se acercaba la fecha de la juramentación de Maduro. Las calles de Caracas y otras ciudades del país se convirtieron en un campo de batalla simbólico entre el chavismo y la oposición. Los seguidores de Machado intentaron ocupar espacios públicos, pero se encontraron con colectivos organizados por el régimen, quienes incluso acamparon durante la noche para evitar que los opositores tomaran la iniciativa. Entre los manifestantes estaba Sandra Bedoya, una ciudadana que cruzó la ciudad para mostrar su apoyo a Machado, a pesar de los riesgos. Con una hoja de papel en la mano donde había escrito el nombre de la líder opositora, Bedoya expresó su esperanza en un futuro de libertad y su confianza en que Edmundo González regresará al país.

Mientras tanto, las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Expresidentes colombianos como Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque condenaron la detención de Machado y pidieron medidas contundentes contra el régimen de Maduro. Incluso el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, exigió respeto por los derechos humanos de la líder opositora y calificó al régimen venezolano como responsable de su integridad física. No obstante, el presidente colombiano Gustavo Petro adoptó una postura más ambigua, limitándose a cuestionar las “fake news” en redes sociales.

El chavismo, por su parte, respondió con desdén. La vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó el evento como un “show” y se burló de las denuncias internacionales. Mientras tanto, el régimen reforzó la seguridad en las principales ciudades y en las fronteras, lo que podría dificultar el regreso de González al país. La toma de posesión de Maduro, programada para el viernes, se perfila como un acto solitario, sin la presencia de mandatarios internacionales de peso, pero rodeado de sus leales.

La situación actual refleja un caos de narrativas opuestas y un ambiente político en ebullición. La oposición busca mantener la presión sobre el régimen, mientras que el chavismo intenta aferrarse al poder en medio de un creciente aislamiento internacional. A menos de un día de la juramentación, el desenlace de esta crisis sigue siendo incierto, y el futuro de Venezuela pende de un hilo.

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