El fútbol ecuatoriano está de luto. Miguel Nazareno, un prometedor futbolista de 16 años del club Independiente del Valle, fue asesinado a tiros mientras se encontraba en su casa en la ciudad de Guayaquil.
El ataque ocurrió el martes por la noche, y hasta el momento las autoridades no han confirmado los motivos ni la identidad de los agresores.
El joven futbolista formaba parte de las divisiones juveniles del club, donde se desempeñaba como mediocentro y delantero. Su equipo, Independiente del Valle, confirmó la noticia a través de un comunicado difundido en redes sociales, en el que expresó su “profundo pesar por el sensible fallecimiento de Miguel Nazareno” y ofreció condolencias a su familia, amigos y compañeros.
Un país golpeado por la violencia

Ecuador atraviesa una grave crisis de seguridad, especialmente en Guayaquil, donde la violencia vinculada al crimen organizado ha cobrado la vida de decenas de personas, incluyendo a varios deportistas en los últimos meses.
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En este contexto, el asesinato de Miguel Nazareno ha generado indignación y tristeza entre la comunidad deportiva y la sociedad ecuatoriana.

“El fútbol ecuatoriano pierde a una joven promesa que apenas comenzaba su camino”, lamentaron entrenadores y exjugadores del club, que también realizaron un minuto de silencio en los entrenamientos en memoria del adolescente.
Promesa truncada
Nazareno integraba la categoría sub-18 del Independiente del Valle y pertenecía al grupo de talentos nacidos en 2009. Según sus entrenadores, era un jugador disciplinado, con gran visión de juego y un futuro prometedor en el balompié profesional. Su sueño era debutar en la primera división y algún día vestir la camiseta de la selección ecuatoriana.

“Era un chico alegre, siempre comprometido con el equipo y con muchas metas por delante”, señaló uno de sus compañeros. En redes sociales, cientos de aficionados dejaron mensajes de despedida, lamentando que la violencia haya arrebatado otra vida joven.
Las autoridades ecuatorianas han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y dar con los responsables del ataque. Mientras tanto, el club y la familia del jugador piden respeto y justicia.
La muerte del futbolista Miguel Nazareno se suma a una serie de tragedias que reflejan la creciente inseguridad en Ecuador, un país que hoy llora a una de sus más brillantes promesas del fútbol juvenil.



