¿Cura para la diabetes tipo 1? Científicos en China logran remisión con células madre

Un equipo de científicos chinos ha dado un paso sin precedentes en la lucha contra la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que afecta a millones de personas en todo el mundo

¿Cura para la diabetes tipo 1? Científicos en China logran remisión con células madre

¿Cura para la diabetes tipo 1? Científicos en China logran remisión con células madre

Un equipo de científicos chinos ha dado un paso sin precedentes en la lucha contra la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que afecta a millones de personas en todo el mundo. Por primera vez, se logró revertir esta condición en una paciente mediante el uso de células madre reprogramadas a partir de su propio tejido corporal. El avance fue publicado en la prestigiosa revista científica Cell y ha generado grandes expectativas en la comunidad médica internacional, aunque todavía se encuentra en fase experimental.

¿Qué es la diabetes tipo 1 y por qué es tan difícil de tratar?

La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune crónica que provoca que el sistema inmunológico ataque por error las células beta del páncreas, las cuales son responsables de producir insulina. A diferencia de la diabetes tipo 2, que puede estar relacionada con el estilo de vida, la tipo 1 suele manifestarse en la infancia o adolescencia, y obliga al paciente a depender de inyecciones diarias de insulina para sobrevivir.

A pesar de décadas de investigación, no existe una cura definitiva para la diabetes tipo 1. Sin embargo, esta nueva técnica desarrollada en China podría cambiar el panorama en el futuro.

¿Cómo lograron los científicos revertir la enfermedad?

El procedimiento fue llevado a cabo por investigadores del First Hospital de la Universidad de Pekín y consistió en extraer células grasas de una joven de 25 años que había vivido con diabetes tipo 1 por más de una década. A partir de esas células, los especialistas generaron células madre pluripotentes inducidas (iPSC), capaces de transformarse en cualquier tipo de célula del cuerpo.

Posteriormente, las iPSC fueron modificadas para convertirse en islotes pancreáticos funcionales, capaces de producir insulina. Estos islotes fueron implantados en el abdomen de la paciente. A los 75 días del trasplante, los resultados sorprendieron: la paciente ya no requería insulina exógena y sus niveles de glucosa se mantenían dentro de los parámetros normales. Más de un año después, sigue sin necesidad de aplicar insulina, lo que representa una remisión funcional de su enfermedad.

¿Es una cura definitiva?

Aunque los resultados son prometedores, los expertos advierten que aún no se puede hablar de una cura completa. La paciente deberá mantenerse bajo observación médica durante varios años para confirmar que los efectos del tratamiento sean duraderos. Además, se necesita replicar el procedimiento en un número mayor de pacientes antes de poder considerarlo seguro y eficaz para su aplicación clínica general.

Otro de los desafíos que persisten es el riesgo de que el sistema inmunológico vuelva a atacar las nuevas células productoras de insulina, ya que la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune. En este caso, los científicos evitaron el uso de inmunosupresores gracias a que las células implantadas provenían de la misma paciente, lo cual reduce las probabilidades de rechazo.

¿Qué impacto tiene este hallazgo en la medicina?

Este avance representa un enorme paso en la medicina regenerativa, ya que demuestra que es posible utilizar las propias células de un paciente para restaurar funciones orgánicas perdidas. Además de la diabetes, este tipo de terapias podrían aplicarse en el futuro en enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares o incluso en algunos tipos de cáncer.

Ya se han iniciado ensayos clínicos con al menos dos pacientes adicionales y los resultados preliminares también han sido positivos. Se espera que en los próximos años se publiquen más datos sobre su evolución y que otros centros de investigación comiencen a desarrollar tecnologías similares.

¿Qué sigue ahora?

A pesar del entusiasmo que ha generado esta noticia, los científicos chinos han sido cautelosos al señalar que todavía falta un largo camino por recorrer antes de que esta terapia pueda considerarse una alternativa viable a gran escala. Se requieren más estudios, aprobación regulatoria y un proceso estandarizado que permita su producción segura y asequible para el público.

Sin embargo, la historia de esta paciente china que dejó atrás las inyecciones de insulina gracias a un tratamiento revolucionario da esperanza a millones de personas con diabetes tipo 1 en todo el mundo. En un contexto en el que la enfermedad ha ido en aumento, este tipo de avances renuevan la fe en que la ciencia podrá algún día ofrecer una verdadera cura.

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