Tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado lunes 21 de abril a los 88 años, en su residencia del Vaticano, el proceso para elegir a su sucesor ha comenzado. Aunque ya circulan especulaciones sobre quién podría ser el próximo líder de la Iglesia católica, primero se celebrarán las exequias del pontífice, las cuales concluirán entre el 25 y el 27 de abril.
Una vez declarada la sede vacante, el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, tiene la responsabilidad de convocar a los cardenales menores de 80 años para participar en el cónclave que se llevará a cabo en la Capilla Sixtina. Se espera la participación de aproximadamente 135 cardenales, entre ellos dos mexicanos: Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega. Cada uno podrá emitir su voto y también están en posibilidad de ser elegidos.
México participa con dos votos y posibles candidatos

Carlos Aguiar Retes, arzobispo primado de México, presidió una misa en honor a Francisco en la Basílica de Guadalupe, donde oró por la elección de un sucesor que siga el ejemplo del pontífice fallecido. Él, junto con Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, representan a México en este histórico evento.
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La elección se realizará entre 15 y 20 días después de la declaración oficial de la vacancia papal, por lo que se prevé que el nuevo Papa sea elegido en la primera o segunda semana de mayo.
El proceso comenzará con la misa “Pro eligendo Pontifice”, presidida por el camarlengo, y continuará con la entrada solemne de los cardenales a la Capilla Sixtina entonando el “Veni Creator Spiritus”.

El complejo proceso del cónclave y la posibilidad de cambios
El primer escrutinio se lleva a cabo el mismo día del inicio del cónclave, seguido de cuatro votaciones diarias. Si tras tres días no se alcanza la mayoría de dos tercios —unos 90 votos— se decreta una jornada de oración y diálogo.
En caso de que el estancamiento continúe tras otros siete escrutinios, se podrían ajustar las normas: solo los dos candidatos con más votos serían considerados, manteniendo la necesidad de obtener dos tercios del total.

Este mecanismo, establecido desde el siglo XIII, garantiza un proceso espiritual y reservado. La elección final será anunciada con el tradicional humo blanco desde la Capilla Sixtina.