Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), llevada a cabo en Bakú, Azerbaiyán, se intensificaron los compromisos globales hacia la conservación marina. En este encuentro internacional, líderes y científicos enfatizaron la necesidad urgente de implementar acciones decisivas para resguardar los océanos, que constituyen una pieza esencial para la estabilidad climática del planeta.
Los océanos, que cubren más del 70% de la superficie terrestre y desempeñan un papel crítico en la regulación del clima, se enfrentan a múltiples amenazas. Entre ellas, la explotación intensiva de recursos marinos, la contaminación plástica, y los efectos del cambio climático, como la acidificación y el aumento de la temperatura del agua, que están afectando severamente la biodiversidad y los servicios ecosistémicos vitales. Estos problemas subrayan la necesidad de crear un marco legal internacional más sólido que permita establecer y gestionar de manera efectiva los santuarios marinos en aguas internacionales, donde la gobernanza es actualmente débil.
Objetivos de la COP29
Uno de los objetivos más ambiciosos propuestos en esta conferencia es proteger al menos el 30% de los mares globales mediante áreas marinas protegidas para 2030. Este enfoque no solo busca preservar hábitats cruciales y especies en peligro, sino también garantizar la resiliencia de los ecosistemas marinos frente a las presiones antropogénicas. Los santuarios marinos son herramientas clave para revertir la pérdida de biodiversidad y permitir la recuperación de los ecosistemas oceánicos, esenciales para capturar carbono y mitigar el calentamiento global.
La COP29 también abordó la problemática de la pesca no regulada y la explotación minera en el fondo marino, actividades que representan una amenaza significativa para la vida marina. Estas discusiones destacaron la importancia de la cooperación internacional, ya que muchas de estas actividades ocurren en alta mar, fuera de la jurisdicción nacional. En este sentido, se instó a los países desarrollados a cumplir con los compromisos financieros previamente adquiridos, esenciales para apoyar a las naciones en desarrollo en la implementación de estrategias de conservación efectivas.
El encuentro marcó un avance hacia un tratado vinculante sobre biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional. Este instrumento legal sería un paso histórico para garantizar la protección de los océanos, que son fundamentales no solo para la vida marina, sino también para la humanidad, al proporcionar oxígeno, alimentos y estabilidad climática.
En resumen, la COP29 destacó el papel crucial de los océanos en el equilibrio ambiental del planeta y la urgencia de intensificar los esfuerzos globales para protegerlos. Esta conferencia subrayó la importancia de actuar con rapidez y determinación, fomentando una colaboración internacional más robusta para enfrentar los desafíos ambientales actuales.