Durante la conferencia de prensa matutina encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el director de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), Rodrigo Chávez Contreras, informó que en el transcurso del primer trimestre de este año dará inicio un ambicioso programa de construcción de viviendas a gran escala. En esta primera etapa, se tiene contemplada la edificación de más de 50,000 unidades habitacionales en distintos puntos del país. De este total, se ha determinado que aproximadamente el 20% se destinará específicamente para jóvenes, quienes podrán acceder a ellas mediante un esquema de renta accesible, facilitando así su acceso a una vivienda digna.
Para lograr la ejecución de este plan, el cronograma de obra ha sido estructurado en diferentes fases. En febrero, se prevé el arranque de la construcción de un total de 20,564 viviendas; posteriormente, en marzo, se sumarán otras 13,798 unidades; y en abril se incorporarán 17,983 más. La suma de estos esfuerzos se traduce en la apertura de 93 frentes de obra distribuidos estratégicamente en 18 entidades federativas del país.
Rodrigo Chávez Contreras destacó que este proyecto es el resultado de la consolidación de una política pública bien estructurada, lo que ha permitido establecer un marco legal sólido que impulsa el Programa de Vivienda para el Bienestar. Como parte de estos esfuerzos, se han firmado 19 convenios de colaboración con diversos gobiernos estatales y municipales. Dichos acuerdos están enfocados en agilizar y simplificar los trámites administrativos relacionados con el uso de suelo y la obtención de licencias de construcción, con el fin de acelerar el proceso de edificación y garantizar que las viviendas se entreguen en el menor tiempo posible.
Además, el titular de Conavi subrayó que estas nuevas viviendas estarán ubicadas en zonas urbanas que ya cuentan con infraestructura básica y servicios esenciales, lo que asegurará que los futuros habitantes puedan disfrutar de una mejor calidad de vida. Asimismo, enfatizó que el proyecto no solo busca satisfacer la demanda de vivienda, sino también contribuir a la reducción de la desigualdad social. Para ello, se dará prioridad en la asignación de estas viviendas a sectores de la población en situación de vulnerabilidad, incluyendo mujeres y madres solteras, jóvenes sin acceso a una vivienda propia, comunidades indígenas, personas de la tercera edad y ciudadanos con alguna discapacidad. De esta manera, se pretende no solo mejorar la oferta de vivienda en el país, sino también generar oportunidades equitativas para aquellos que más lo necesitan.
