En una conferencia matutina, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo señaló que ciertas exigencias de trabajadores del Servicio de Administración Tributaria (SAT) resultan imposibles de cumplir. Aun cuando reconoció que existen inconformidades, aseguró que son una minoría quienes las están planteando.
¿Cuántos trabajadores participan y cuáles son sus reclamos?
Sheinbaum comentó que, de los aproximadamente 25 mil empleados del SAT, alrededor de 400 personas han presentado demandas que varían desde incrementos salariales hasta la recuperación de pagos por gastos médicos mayores.
Asimismo, aclaró que aunque esas solicitudes se están discutiendo, algunas no tienen factibilidad, en particular aquellas que implicarían que los servidores públicos reciban servicios médicos privados, una prestación que, dijo, ella misma no tiene.
Estado del servicio y afectaciones
Respecto a las consecuencias operativas de la protesta o paro, la presidenta comentó que solo dos oficinas se vieron gravemente afectadas, y ni esas se cerraron por completo. Además, remarcó que en 155 de las 162 oficinas del SAT el servicio continúa funcionando con normalidad. En otras, los servicios fueron suspendidos de manera parcial o total, pero no de forma generalizada.
Las oficinas afectadas incluyen sedes en Chihuahua; Celaya, Guanajuato; Guadalajara Sur; Zapopan, Jalisco; así como las oficinas Oriente y Sur de la Ciudad de México.
Diálogo abierto pero con límites
Sheinbaum puntualizó que el gobierno mantiene una voluntad de diálogo con los empleados del SAT que han levantado solicitudes. Incluso, se está respaldando esta interlocución a través de la Secretaría del Trabajo.
No obstante, dejó claro que habrá un filtro real para determinar qué peticiones pueden atenderse. Algunas de las peticiones se revisarán como posibles ajustes salariales o una reclasificación de tablas de pago, pero otras, aquellas que requieran prestaciones extraordinarias o poco comunes, serán descartadas por inviables.
Balance general: pocos inconformes, servicio mayormente vigente
En resumen, según las cifras proporcionadas por la propia Presidenta, quienes han planteado demandas representan un porcentaje pequeño en comparación al total de trabajadores del SAT. Las interrupciones del servicio han sido contadas y focalizadas, y la mayoría de las oficinas continúa atendiendo al público sin alteraciones sustanciales.