El calentamiento global está generando profundos cambios en los ecosistemas alrededor del mundo, y las mariposas monarca, conocidas por su impresionante migración anual, no son una excepción. Esta especie viaja miles de kilómetros cada año, desde el norte de Estados Unidos y Canadá, hasta los bosques de abetos sagrados en las montañas de México. Sin embargo, este hábitat crucial para su hibernación está siendo afectado por el aumento de las temperaturas.
Frente a esta amenaza, un grupo de científicos ha puesto en marcha un innovador proyecto cuyo objetivo es crear nuevos espacios de hibernación para las mariposas monarca a mayores altitudes, utilizando una técnica conocida como “migración asistida”. Este equipo de expertos está liderado por el doctor Cuauhtémoc Sáenz-Romero, profesor de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, quien encabeza los esfuerzos por encontrar soluciones para salvar tanto a los abetos sagrados como a las mariposas que dependen de ellos.
Las mariposas monarca necesitan de los bosques de Abies religiosa, conocidos como abetos sagrados, para poder sobrevivir durante el invierno. Estos árboles, localizados en las montañas del centro de México, brindan el refugio ideal para las monarcas tras su agotadora travesía de casi 5,000 kilómetros. Sin embargo, debido al calentamiento global, los bosques de abetos están enfrentando el desafío de adaptarse a temperaturas más cálidas, lo que los obliga a desplazarse lentamente hacia zonas más elevadas. Las proyecciones indican que, para el año 2090, los abetos podrían desaparecer de las zonas donde actualmente se encuentran, lo que pondría en grave riesgo la supervivencia de las mariposas monarca.
Para hacer frente a esta situación, Sáenz-Romero y su equipo han puesto en marcha un proyecto que tiene como objetivo trasladar los abetos a mayores alturas, concretamente en el Nevado de Toluca, un volcán cercano con altitudes entre 3,400 y 4,000 metros. Según Sáenz-Romero, el objetivo es plantar nuevas plántulas de abetos sagrados en estas áreas más frías y elevadas, donde las condiciones climáticas previstas para el futuro serán más favorables para la supervivencia de los árboles y, en consecuencia, de las mariposas. Este proceso, conocido como “migración asistida”, implica plantar plántulas cultivadas a partir de semillas de poblaciones actuales de abetos en lugares donde se espera que el clima en 2060 sea similar al de los actuales sitios de hibernación de las mariposas, como resultado del cambio climático.
Este proyecto se inició en 2017, cuando los científicos recolectaron semillas de abetos en ocho áreas dentro de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (RBMM) en México, a altitudes de entre 3,100 y 3,500 metros. Las plántulas fueron cultivadas durante dos años en un invernadero a una altitud de 1,900 metros, y posteriormente en un vivero a 3,000 metros. Finalmente, en julio de 2021, las plántulas fueron trasplantadas en cuatro sitios a lo largo de un gradiente de elevación en la ladera noreste del Nevado de Toluca, cuyo punto más alto supera en 1,130 metros la altitud más elevada donde actualmente crecen los abetos en la RBMM.
En total, se plantaron 960 plántulas a diferentes altitudes: 3,400, 3,600, 3,800 y 4,000 metros. Las plántulas fueron distribuidas en 30 bloques espaciales por altitud. Para protegerlas tanto del exceso de insolación como del frío extremo, se utilizaron plantas nodrizas, como Senecio cinerarioides hasta los 3,800 metros, y arbustos de Lupinus montanus y árboles de Pinus hartwegii a los 4,000 metros.
Sáenz-Romero señaló que este proyecto no pretende reemplazar los esfuerzos de conservación de los hábitats actuales de la mariposa monarca en la Reserva de la Biosfera, sino complementarlos. “La creación de nuevas áreas para las mariposas no debe verse como un enfoque excluyente; ambos enfoques son necesarios y deben tener la misma prioridad”, subrayó el científico.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Forests and Global Change, mostró que, a medida que se incrementaba la distancia entre el sitio de origen de las semillas y el nuevo lugar de plantación, el rendimiento de las plántulas disminuía. En las altitudes más elevadas, a 4,000 metros, las plántulas experimentaron un crecimiento nulo y algunas sufrieron daños por heladas. Sin embargo, a alturas entre 3,600 y 3,800 metros, las tasas de supervivencia fueron satisfactorias, aunque el crecimiento vertical fue un 54% menor y la biomasa se redujo un 27% en comparación con las plántulas plantadas a 3,400 metros.
Un aspecto prometedor de este proyecto es que ya se ha observado un cambio en el comportamiento de las mariposas monarca. En los últimos años, las mariposas han comenzado a establecer nuevas colonias en lugares más fríos dentro del Nevado de Toluca, lo que sugiere que están buscando áreas alternativas para pasar el invierno, ya que los sitios históricos dentro de la RBMM se han vuelto demasiado cálidos debido al cambio climático, explicó Sáenz-Romero.
Este ambicioso proyecto ha sido posible gracias al apoyo de los silvicultores locales de la comunidad Matlatzinca, así como de estudiantes de posgrado que han colaborado midiendo el rendimiento de las plántulas cada dos meses, evaluando su supervivencia, altura y diámetro. Este esfuerzo conjunto podría ser clave para garantizar la supervivencia de una de las especies más emblemáticas de la biodiversidad de México, las mariposas monarca, en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.