Por primera vez, un equipo de investigadores consiguió identificar y cartografiar de forma sistemática los grandes sistemas de drenaje —o cuencas hidrográficas— en el planeta Marte. A través del análisis de imágenes satelitales, los científicos detectaron 16 cuencas que cubren extensas áreas del planeta rojo. Este hallazgo ofrece nuevas pistas sobre la magnitud del agua que pudo haber existido en Marte hace millones de años.
Método: cómo se hizo el mapeo
Para lograr esta cartografía los investigadores emplearon datos provenientes de dos misiones distintas: por un lado, el Altímetro Láser del Mars Global Surveyor (MOLA), que operó entre 1997 y 2006; por otro, imágenes más recientes tomadas por el Mars Reconnaissance Orbiter (MRO).
Con esos datos, aplicaron un programa de análisis originalmente diseñado para estudiar cuencas hidrográficas en la Tierra, adaptado ahora al contexto marciano. Se enfocaron en sistemas de drenaje cuya extensión fuera considerable —es decir, aquellos que abarcaran al menos 100,000 kilómetros cuadrados—. De esta manera, definieron 16 cuencas principales, integradas por redes de valles, antiguos cauces, posibles lechos de lagos y otros depósitos que indican flujo de agua en el pasado.
Qué implican estos resultados
Aunque las cuencas detectadas representan una fracción relativamente pequeña de la superficie marciana, su relevancia es grande: los investigadores estiman que estos grandes sistemas de drenaje concentran casi la mitad de todo el material sedimentario fluvial del planeta. Esto sugiere que en esos territorios pudo acumularse una gran cantidad de sedimentos, formando cuencas sedimentarias extensas —un entorno posiblemente idóneo para procesos geológicos de largo plazo.
Los autores del estudio también destacan algo importante: la existencia de tales redes de drenaje complejas en un planeta como Marte —que carece del tipo de tectonismo activo que vemos en la Tierra— indica que no es necesario un régimen tectónico particular para generar grandes cuencas fluviales. Más bien, basta con que se conjuguen una topografía adecuada y un clima lo suficientemente húmedo (o con presencia de agua) para permitir que se formen sistemas de canales, valles y cuencas conectadas.
Uno de los científicos a cargo del estudio, Timothy A. Goudge, señaló en entrevista que aunque ya se sabía desde hace décadas que Marte tuvo ríos, lo que no estaba claro era hasta qué punto esos ríos formaron sistemas organizados de gran escala. Este nuevo trabajo cambia eso: demuestra que existieron drenajes marcianos suficientemente grandes como para compararlos con cuencas terrestres.
Contexto: ¿qué sabemos del agua en Marte?
Hoy en día, Marte es un planeta árido, con una atmósfera tenue y temperaturas extremas, condiciones que impiden la existencia estable de agua líquida en su superficie. No obstante, la geología y mineralogía marcianas conservan huellas de un pasado mucho más húmedo: zonas que muestran evidencias de antiguos ríos, lagos e incluso océanos.
Un estudio reciente sugiere que buena parte de esa agua no se mantiene ya en la superficie, sino que podría estar retenida bajo la corteza marciana —ya sea en forma de hielo o incorporada en minerales hidratados—. Al mismo tiempo, otra fracción de ese agua habría escapado al espacio, a medida que Marte perdió parte de su atmósfera por procesos vinculados a cambios en su rotación y en su eje.
Estos nuevos mapas de cuencas hidrográficas no solo aportan datos sobre la magnitud del pasado acuático de Marte; también orientan las zonas donde podrían haberse concentrado sedimentos —lugares potencialmente clave para buscar evidencias de ambientes favorables al origen de vida.



