En una asombrosa investigación, un equipo de científicos ha logrado descifrar el enigmático Calendario Maya, revelando un nivel extraordinario de conocimientos astronómicos en el pasado remoto. Los registros mayas conservados cifraron el misterioso principio de la cronología basado en un ciclo de 819 días, dejando perplejos a los expertos por la precisión y comprensión de los fenómenos celestiales.
Los misterios del Calendario Maya
El reconocido físico estadounidense Richard Feynman fue uno de los primeros en sumergirse en las profundidades incomprensibles del mundo de las partículas cuánticas. En un gesto de curiosidad, Feynman se aventuró a explorar el Códice de Dresde, un antiguo libro de los mayas que contiene 78 páginas de sabiduría ancestral. Fue durante esta investigación que Feynman descubrió la lógica detrás de los puntos y líneas en el códice, revelando el profundo conocimiento astronómico de los mayas.
Los científicos continúan descifrando el Códice de Dresde y otros documentos mayas, así como las inscripciones en los templos, revelando una compleja forma de contar los días que desafía la comprensión moderna. Además de los calendarios conocidos de 365 días y 260 días, los mayas tenían un tercer sistema que duraba 819 días, dividido en cuatro partes iguales que suman un ciclo total de 3276 días, equivalente a casi nueve años.
TAL VEZ TE INTERESE: Descubre los mejores lugares para visitar en Mérida, Yucatán: Una aventura llena de historia y cultura
El misterio reside en qué sucedía en el mundo de los mayas cada nueve años. Los investigadores han propuesto la posibilidad de que este ciclo esté relacionado con el movimiento aparente de los cuerpos celestes en el cielo nocturno, conocido como período sinódico. Los mayas podrían haber utilizado este período sinódico para sincronizar los movimientos de diferentes planetas en su calendario, revelando su profundo conocimiento de los ciclos celestiales.
Por ejemplo, el período sinódico de Mercurio, Venus, Júpiter y Saturno se puede sincronizar con el ciclo de 819 días, mostrando una comprensión precisa de los movimientos aparentes de estos planetas en el cielo. Además, el calendario maya también podría adaptarse al ciclo lunar de 3276 días, que equivale a treinta meses lunares.
Estos descubrimientos demuestran el sorprendente nivel de conocimientos astronómicos alcanzado por los antiguos mayas. Su capacidad para comprender y predecir los movimientos celestiales demuestra una civilización antigua mucho más avanzada de lo que se pensaba.
Estos hallazgos plantean interrogantes fascinantes sobre la posibilidad de que los mayas tuvieran contactos con entidades externas a la Tierra, abriendo la puerta a una nueva perspectiva en la comprensión de nuestra historia y el papel que podrían haber desempeñado fuerzas cósmicas en el desarrollo de la civilización maya.
Si bien no hay evidencia concluyente que respalde la teoría de los contactos extraterrestres, estos hallazgos astronómicos muestran claramente la capacidad de los mayas para observar y comprender los fenómenos celestiales con una precisión impresionante. Su dominio de la astronomía les permitió desarrollar un calendario sofisticado que no solo seguía el ciclo solar y lunar, sino que también estaba sincronizado con los movimientos de los planetas.