Un equipo de investigadores en China ha desarrollado un revolucionario implante de retina que promete devolver la visión a personas con ceguera total. Lo más sorprendente es que este dispositivo está fabricado con telurio, un elemento químico raro, capaz de transformar la luz en señales eléctricas sin necesidad de fuentes de energía externas. Este avance, publicado en la revista Science, marca un hito en la tecnología médica y la neurociencia visual.
¿Cómo funciona el implante ocular con telurio?
El nuevo dispositivo se basa en una red de nanohilos de telurio, cada uno de apenas 150 nanómetros de grosor. Estos hilos forman una malla ultrafina capaz de convertir la luz visible y la radiación infrarroja en electricidad, generando señales similares a las que producen las células fotorreceptoras de una retina sana.
A diferencia de otros dispositivos artificiales, este implante no requiere cámaras externas, cables ni baterías. Funciona de manera autosuficiente, aprovechando las propiedades fotoeléctricas del telurio, lo que representa una ventaja significativa frente a prótesis retinianas anteriores.
Resultados exitosos en ratones y monos
Los experimentos realizados en ratones genéticamente ciegos mostraron resultados sorprendentes. Tan solo un día después de la implantación, los animales comenzaron a responder a estímulos visuales, como la luz. Posteriormente, fueron capaces de detectar patrones visuales e incluso percibir luz infrarroja, algo imposible para mamíferos en condiciones normales.
En pruebas más avanzadas, los ratones con el implante lograron identificar estímulos infrarrojos con un 67 % de efectividad, superando incluso a los ratones con visión normal, que solo alcanzaron un 12 %.
Además, el dispositivo fue implantado en macacos con visión funcional, sin afectar su capacidad visual original. Al contrario, se añadió una capacidad extra: ver en infrarrojo, lo que podría considerarse una forma de “visión aumentada”.
Seguro, biocompatible y sin efectos secundarios
Una de las grandes ventajas de este implante es su alta biocompatibilidad. Los estudios demostraron que ni en ratones ni en monos se presentaron efectos secundarios a corto o largo plazo. El implante fue bien tolerado por los organismos, sin causar inflamaciones, rechazo o daños colaterales, lo que lo convierte en una alternativa segura para futuros ensayos clínicos en humanos.
¿Qué impacto podría tener este avance?
De acuerdo con estimaciones globales, más de 200 millones de personas viven con distintos niveles de pérdida visual o ceguera total. Este tipo de innovaciones tecnológicas ofrece una luz de esperanza para quienes padecen enfermedades degenerativas de la retina como la retinitis pigmentosa o la degeneración macular.
Además, el implante no solo permitiría recuperar la visión, sino ampliarla hacia nuevas dimensiones, como la percepción del espectro infrarrojo, abriendo posibilidades para aplicaciones más allá del ámbito médico.
China y el control del telurio: una ventaja estratégica
China no solo lidera este desarrollo científico, sino que también controla el 76 % de la producción mundial de telurio, lo que podría convertir al país en potencia dominante en el mercado de esta tecnología médica en el futuro. Aunque esto representa una ventaja competitiva, también podría generar tensiones geopolíticas si la demanda global por estos implantes aumenta.
Un futuro donde la ceguera podría tener solución
El desarrollo de este implante ocular con telurio representa un avance sin precedentes en la lucha contra la ceguera. A medida que se realicen más estudios y pruebas en humanos, este invento podría pasar de los laboratorios a los hospitales, transformando radicalmente la vida de millones de personas en todo el mundo.
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