El 27 de septiembre de 1955, Chetumal, la capital de Quintana Roo, fue escenario de uno de los huracanes más devastadores de la historia: el huracán Janet.
Conmemoramos hoy su 69º aniversario, recordando un evento que dejó profundas cicatrices y marcó el renacimiento de la ciudad. Janet, con categoría 5, trajo vientos de hasta 280 km/h, destruyendo el 97% de las edificaciones de la ciudad y cobrándose la vida de al menos 500 personas.
El huracán Janet y su desastre en Chetumal
El huracán se originó en las Antillas Menores el 21 de septiembre, y para el día 27 llegó a la península de Yucatán con su máxima intensidad. En Chetumal, solo cuatro edificios quedaron en pie, y 10 mil personas perdieron sus hogares.
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La devastación fue tal que, tras el paso del huracán, las calles estaban inundadas, y los sobrevivientes recorrían las ruinas en busca de cuerpos.
Entre las historias que aún permanecen en la memoria colectiva destaca la del avión cazahuracanes “Snowcloud Five”, desaparecido el 26 de septiembre con 11 personas a bordo, cuyos restos jamás fueron encontrados.
La famosa “Casa voladora”
Además, la famosa “Casa Voladora” fue arrastrada 300 metros con 25 personas dentro, sin que se produjeran heridos.
A pesar de la tragedia, el huracán Janet también representó un punto de inflexión para la ciudad. El proceso de reconstrucción impulsado por el gobierno y la ayuda humanitaria de Estados Unidos permitieron que Chetumal se levantara de nuevo, esta vez con edificaciones más resistentes y una población más preparada para enfrentar futuros desastres.
Hoy en día, la ciudad no solo recuerda el impacto del huracán a través de sus monumentos, como el “Monumento al Renacimiento”, sino también en su cultura de prevención.
Cabe destacar que Janet marcó un antes y un después en la historia de Chetumal, un recordatorio del poder de la naturaleza y la resiliencia de sus habitantes.