Ubicado en el sur de Quintana Roo, Chacchoben se erige como el asentamiento maya más grande descubierto hasta la fecha en la denominada Región de los Lagos. Este sitio arqueológico, cuyo nombre en maya significa “maíz colorado”, ofrece una ventana al pasado que permite apreciar la grandeza y complejidad de la civilización maya.
Historia y descubrimiento
Aunque el nombre original del sitio es desconocido, se le denominó Chacchoben en referencia al ejido donde se localiza. El sitio fue reportado por primera vez en 1972 por Peter Harrison, un arqueólogo estadounidense que sobrevolaba la zona en busca de vestigios mayas. Posteriormente, en 1994, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inició trabajos de exploración y restauración que permitieron abrir el sitio al público en el año 2002.
Chacchoben abarca aproximadamente 70 hectáreas, donde se distribuyen diversos conjuntos arquitectónicos. Entre ellos destacan el Gran Basamento, Las Vías y el Grupo II. Estas estructuras, principalmente de carácter cívico y religioso, reflejan la importancia ceremonial del lugar. El Gran Basamento, por ejemplo, es una plataforma elevada que sostiene templos y otras edificaciones, evidenciando la destreza constructiva de los mayas.
Los primeros indicios de ocupación en Chacchoben datan del periodo Preclásico Tardío, alrededor del año 300 a.C., cuando se establecieron pequeños caseríos cerca de cuerpos de agua permanentes. Sin embargo, fue durante el Clásico Temprano (200-600 d.C.) cuando el sitio experimentó un auge constructivo y demográfico, consolidándose como un centro ceremonial de relevancia regional. Aunque la actividad constructiva disminuyó después del año 700 d.C., Chacchoben continuó habitado parcialmente hasta el Posclásico Tardío.
La arquitectura y los materiales encontrados en Chacchoben sugieren una conexión con otras capitales regionales del área del Petén, en lo que hoy es Guatemala. Las similitudes estilísticas con sitios del norte de Belice refuerzan la idea de que Chacchoben fue un punto de convergencia cultural y comercial en la región.
El entorno natural de Chacchoben es igualmente impresionante. Los visitantes pueden apreciar una exuberante vegetación que incluye árboles de zapote, cedro blanco y caoba. Además, es común avistar diversas especies de aves, como tucanes y pájaros cantores, lo que enriquece la experiencia de recorrer este antiguo asentamiento.
Chacchoben se encuentra a 85 kilómetros de la ciudad de Chetumal y a tan solo 3 kilómetros del poblado de Lázaro Cárdenas. Las principales vías de acceso son la Carretera Federal 307 y la Carretera Federal 297, conocida como “vía corta a Mérida”. Esta ubicación estratégica facilita la llegada de visitantes desde distintos puntos de la península de Yucatán.
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Desde su apertura al público en 2002, Chacchoben se ha consolidado como un destino turístico de gran atractivo. Su cercanía con destinos como Mahahual, Bacalar y Chetumal lo convierte en una parada obligada para quienes desean adentrarse en la historia y cultura maya sin las aglomeraciones de otros sitios más concurridos.
Conservación y desafíos
A pesar de su importancia, Chacchoben enfrenta desafíos relacionados con la conservación y el impacto del turismo. Es fundamental promover prácticas sostenibles que permitan la preservación del sitio para las futuras generaciones, garantizando al mismo tiempo una experiencia enriquecedora para los visitantes.
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