En Cancún se reunieron locatarios que pusieron rostro y memoria a los primeros centros de abasto: Abel Durán del mercado Kihuic; Eva Contreras de El Parián; Felipe Rodríguez del Mercado 23; Lidia Aguilar del Mercado 28, y Oscar Delgado del Coral Negro en la zona hotelera.
La velada del 6 de agosto fue moderada por el cronista Fernando Martí, quien abrió el encuentro con una provocadora pregunta: ¿Cuál fue el primer mercado de Cancún?
La respuesta no fue sencilla. Entre recuerdos y versiones, los participantes tejieron recuerdos que abarcan desde improvisados tianguis con techos de cartón y palapa, hasta comercios de artesanías en la zona turística.
Del tianguis al Mercado 23
Felipe Rodríguez recordó que, en 1973, un grupo de comerciantes levantó con madera y lámina un mercado rústico en la Supermanzana 23 donde se vendía carne, frutas, zapatos y hasta importaciones del norte del país. En 1975, los locatarios fueron reubicados al edificio que hoy conocemos como Mercado 23 —oficialmente “Javier Rojo Gómez”—, que se convirtió en punto neurálgico para abastecer a Bonfil, el aeropuerto y las primeras obras hoteleras.
TAL VEZ TE INTERESE: Hombre detenido por arrojar ácido a pareja y niña de 2 años en Cancún
El Mercado 28
Lidia Aguilar relató que muchos de los pioneros del Mercado 28 llegaron desde el nacimiento del Mercado 23. Diseñado con naves y espacios adaptados al crecimiento de la ciudad, pronto se consolidó como un lugar visitado por turistas, especializado en artesanías, joyería y recuerdos.
El Parián: resistencia y despojo
Eva Contreras ofreció uno de los testimonios más intensos e inesperados: su llegada a Cancún en 1990, el auge comercial de El Parián y la resistencia contra el rediseño del mercado impulsado por el gobierno. Entre manifestaciones y viajes a la Cámara de Diputados, relató que su lucha terminó en el despojo de locales, el encarcelamiento de comerciantes y la transformación del mercado en algo que —dice— “nunca fue lo que queríamos”.
Kihuic y Coral Negro: identidad en la zona hotelera
Abel Durán del Kihuic evocó los días en que las artesanías viajaban desde la Lagunilla en la Ciudad de México hasta Cancún, con la certeza de que “esto iba a pegar”. Oscar Delgado de El Coral Negro, por su parte, explicó que en estos espacios en la zona hotelera el turismo encontraba un mercado pintoresco, mezcla de comercio local y encanto caribeño.
Una memoria compartida
Entre bromas, nostalgias y diferencias, quedó claro que más que una respuesta única, la pregunta sobre cuál fue el primer mercado de Cancún abre un mapa de memorias: tianguis, mercados populares y centros turísticos que crecieron junto con la ciudad.
Como dijo Fernando Martí al cerrar la sesión: “Estos lugares no solo vendían productos; vendían identidad. Los mercados fueron parte importante del primer Cancún”.