Hablando de historia y otras cosas, ¿sabían ustedes que Calakmul es considerado como un patrimonio de la humanidad mixto, es decir, tanto por los vestigios arqueológicos de la antigua ciudad maya, como por la enorme reserva de la biósfera que la rodea?}
Calakmul
Qué tal, les saluda Lorena Careaga y hoy hablaremos de esta sobresaliente ciudad del Clásico, ubicada en el sureste de Campeche y núcleo de una reserva natural de más de 700 mil hectáreas.
Calakmul comenzó a ser estudiada por arqueólogos de renombre, como Cyrus Lundell y Sylvanus Morley desde la década de 1930; pero su exploración sistemática, por parte de la Universidad Autónoma de Campeche y del Instituto Nacional de Antropología e Historia data de 1982 y ha continuado, hasta el presente, aportando información relevante, no solo sobre arquitectura, arte, epigrafía y ritos funerarios, sino acerca de su dinastía gobernante y su hegemonía.
Hoy sabemos que Calakmul estuvo habitado continuamente durante 1200 años, aproximadamente desde 300 a.C., hasta 900 d.C. y que fue una ciudad de grandes proporciones, con una importancia igual o quizá mayor que Tikal, su principal rival. De hecho, esta ciudad del Petén guatemalteco, al igual que Palenque y el propio Calakmul coexistieron con otros 60 reinos autónomos, cada uno con su propio gobernante, conspirando unos contra otros y en continuo conflicto. Su historia transcurrió en un estado prácticamente continuo de guerra y de búsqueda de alianzas.
Ox Te’ Tuun
Calakmul, la “Ciudad de las dos Pirámides Adyacentes”, se llamaba originalmente Ox Te’ Tuun, que significa tres piedras o tres estelas, y durante su apogeo, entre los años 600 y 800, fue la sede del reino de Kaan o de la Serpiente, la más poderosa de las confederaciones de ciudades-estado mayas conocidas hasta hoy. Sus gobernantes, que se identificaban a si mismos con el título de k’uhul kaanal ajaw, o sea, “el divino señor del reino de la serpiente”, establecieron una serie de redes de influencia basadas en la concesión de bienes y servicios, mismas que se tradujeron en un gran poder político. Este proceso desembocó en un conflicto armado que marcó el devenir del mundo maya durante un siglo, y que algunos autores han equiparado a las guerras protagonizadas en la antigüedad clásica por Atenas y Esparta.
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