Tras más de cuarenta años de investigaciones en la antigua metrópoli maya de Caracol, un equipo de arqueólogos dirigido por Arlen y Diane Chase logró identificar por primera vez la tumba de un gobernante reconocido, Te K’ab Chaak, quien ascendió al trono hacia el año 331 d. C. y fue enterrado aproximadamente en 350 d. C. en la Acrópolis Noreste, un complejo elevado empleado para ceremonias reales.
Riqueza simbólica y significado ritual
La cámara funeraria contenía una valiosa colección de objetos: desde vasijas pintadas que escenifican ofrendas y al dios del comercio Ek Chuah hasta joyas de jadeíta, conchas marinas spondylus, tubos de hueso tallado, y una máscara mortuoria de mosaico de jade. Varias vasijas portaban tapas esculpidas con la figura de un coatí, un elemento iconográfico que luego fue incorporado en los nombres de los sucesores de Te K’ab Chaak, consolidando un símbolo dinástico.
Relaciones inter-regionales y duración del poder
Este descubrimiento demuestra que los vínculos entre Caracol y Teotihuacán se remontan a antes del evento ritual conocido como la “entrada” de 378 d. C., lo que indica que ya había una interacción diplomática y cultural significativa desde etapas tempranas. Además, se identificaron tres enterramientos principales del mismo periodo, incluyendo una cremación con obsidiana de Pachuca, armas y prácticas funerarias típicas del centro de México, reflejo de una élite maya abierta a rituales foráneos. Cabe destacar que la dinastía iniciada por Te K’ab Chaak se mantuvo vigente más de cuatro siglos y medio.
Magnitud urbana y legado arqueológico
En su apogeo, Caracol fue una de las metrópolis más extensas y pobladas de las Tierras Bajas mayas, albergando posiblemente más de 100,000 personas, con una superficie que supera los 177 km². Su pirámide Caana, alcanzando cerca de 43 metros, sigue dominando el paisaje selvático y simbolizando la grandeza del sitio.
Futuro de la investigación
Actualmente, los arqueólogos reconstruyen la máscara de jade recuperada, y están analizando el ADN y la composición isotópica de los restos humanos. Estos resultados se expondrán durante una conferencia programada para agosto de 2025, que abordará las conexiones entre la civilización maya y Teotihuacán.