La nadadora chilena Bárbara Hernández —apodada “La Sirena de Hielo”— ha marcado un hito sin precedentes: acaba de convertirse en la primera persona de Chile en ser admitida en el prestigioso International Marathon Swimming Hall of Fame (IMSHOF). Con esta distinción, su trayectoria en aguas abiertas queda reconocida a nivel mundial, consolidando su legado deportivo desde una disciplina que no suele ocupar los focos mediáticos tradicionales.
¿Quién es Bárbara Hernandez?
Hernández fue elegida para formar parte de la categoría “Nadadora de Honor”, un reconocimiento reservado a quienes han dedicado más de diez años al deporte de ultra-distancia en el medio acuático y han contribuido de forma significativa al desarrollo de su disciplina. Su inclusión en esta categoría no sólo celebra sus hazañas individuales, sino también su papel de pionera en una disciplina exigente y poco convencional.
La ceremonia oficial está programada para mayo de 2026 en San Diego (California, EE.UU.), donde Hernández recibirá su placa de honor junto a otras leyendas del nado mundial. Con una carrera que supera los 23 años en aguas abiertas, la psicóloga de 39 años ha acumulado logros formidables: entre ellos se cuentan el doble cruce del Canal de la Mancha, la conquista de la llamada Triple Corona de la natación en aguas abiertas y el desafío de los Siete Mares. Estas hazañas la han posicionado como una de las referentes globales del ultra-nado de larga distancia.
En sus propias palabras, Hernández señaló que «demostrar que se pueden lograr grandes cosas desde un deporte no tradicional, sin ser olímpico, y viniendo de una ciudad sin mar, tiene un valor enorme». Esta frase captura el espíritu de su carrera: llegada desde un entorno que no favorecía su disciplina, enfrentando desafíos estructurales y culturales, y aun así alcanzando reconocimiento internacional al nivel de los más grandes del nado extremo.
Además, su ingreso al IMSHOF significa también un hito latinoamericano: Bárbara se convirtió en la séptima mujer de América Latina en recibir semejante honor, y dedicó su distinción «a todos los que creyeron en mí cuando aún no era La Sirena de Hielo». Con esto, no sólo celebra su éxito personal, sino que abre un camino para futuras generaciones de nadadoras de ultra distancia, en Chile y en la región.
En resumen, la historia de Bárbara Hernández no es solo la de una atleta que logra trofeos y cruces imposibles, sino la de alguien que rompió barreras de género, geográficas y de disciplina, para ubicarse —finalmente— entre los mejores nadadores del mundo de ultra distancia. Su ingreso al Salón de la Fama es, sin duda, un reconocimiento a su perseverancia, a su espíritu pionero y al impacto que ha tenido en su deporte y en América Latina.



