Treinta años después de que arqueólogos franceses identificaran los primeros vestigios sumergidos del mítico Faro de Alejandría, un equipo franco-egipcio encabezado por la arquitecta Isabelle Hairy (CNRS) ha llevado a tierra 22 bloques monumentales que formaron parte del acceso principal de esta maravilla antigua.
¿Qué piezas salieron a la luz?
Las estructuras recuperadas incluyen enormes dinteles y jambas de piedra, además del umbral original de la entrada. Algunas de estas piezas pesan entre 70 y 80 toneladas, destacando también grandes losas pertenecientes a la base de sustentación de la torre. Sorprendentemente, también apareció un pilar con puerta en estilo egipcio y técnica helénica que no se conocía hasta ahora, aportando un nuevo misterio al sitio subacuático.
Programa PHAROS: Digitalizando la historia
Los bloques recuperados se incorporarán al proyecto PHAROS, que desde hace una década viene digitalizando piezas del faro directamente en su entorno submarino. La misión actual busca escanear en alta resolución estos 22 nuevos elementos para seguir reconstruyendo virtualmente la estructura desaparecida.
Ingenieros de la Fundación Dassault Systèmes utilizarán estas digitalizaciones para montar un “gemelo virtual” del faro, estimando su configuración original, materiales y métodos constructivos, y evaluando también las causas de su hundimiento.
Breve repaso histórico del Faro de Alejandría
Erigido a comienzos del siglo III a.C., bajo los mandatos de Ptolomeo I y Ptolomeo II, el faro alcanzó cerca de 100 m de altura y guió durante siglos a navegantes en el Mediterráneo. Aunque sobrevivió varios terremotos durante la Edad Media, su estructura colapsó finalmente tras los sismos de 956 y 1303. En el siglo XV, sus piedras sirvieron para levantar la fortaleza de Qaitbay, edificada sobre su cima.
Proximidad de un museo bajo el agua y legado cultural
Las misiones arqueológicas han explorado continuamente la zona desde los años noventa, incluso con globos de flotación para levantar más de 3 000 bloques submarinos. Además, las autoridades egipcias junto a la UNESCO estudian la creación de un museo submarino, que permitiría a buceadores y visitantes contemplar las ruinas sin dañarlas.
El rescate de estos bloques no solo representa un hito arqueológico, sino también una oportunidad de recrear –digitalmente y para todos– una de las Siete Maravillas del mundo antiguo.
¿Por qué es tan relevante este hallazgo?
- Recuperación física de patrimonio: haber sacado estas piezas del fondo marino facilita su estudio y preservación.
- Construcción del modelo digital: el “gemelo virtual” permitirá experimentar cómo era el Faro en su máximo esplendor.
- Comprensión arquitectónica e histórica: se podrán investigar sus métodos de construcción, tecnología y causas de destrucción.
- Difusión cultural y educativa: un museo digital o submarino puede acercar esta maravilla a público global.