José Arnulfo Castorena, atleta mexicano que recientemente ganó la medalla de oro en para natación en Juegos Olímpicos París 2024, desde pequeño tuvo que pasar por muchas dificultades, desde la muerte de su madre, hasta el abandono de su padre. Esta es su historia de vida.
Arnulfo Castorena ejemplo de superación
José Arnulfo Castorena nació el 27 de mayo de 1978, sin desarrollar el pulmón, el brazo izquierdo y las extremidades inferiores a causa de una enfermedad congénita.
Su madre, además, falleció durante su parto y su padre se desentendió de él.
De acuerdo con Alberto Lati, fue su abuela materna, la señora Todosia, quien lo cuidó y lo inscribió en un programa de rehabilitación en la Ciudad de México.
Ahí su vida dio un giro inesperado, pues por un extraño vínculo con las Chivas, entró a un internado donde una de las monjas apodada Sor Chiva, por su afición al Rebaño Sagrado le inculcó sus primeros movimientos dentro de una piscina donde el pequeño Arnulfo Castorena se dio cuenta de sus habilidades como nadador.
Cuando tuvo que regresar a Guadalajara, la vida de Castorena estuvo en riesgo porque algunos de sus familiares consumían drogas.
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Años más tardes, cuando Arnulfo Castorena tenía 18 años, fue invitado a participar en el programa de alto rendimiento por un funcionario del Consejo Estatal del Deporte de Jalisco y sus resultados hablan por sí mismos.
El atleta paralímpico se colgó medallas en la prueba 50 m braza SB2 desde Sydney 2000 al igual que en Atenas 2004, Londres 2012, Tokio 2020 y en los pasados juegos de París 2024.
Sin duda, su valentía ha sido una de sus mejores pilares para poder lograr sus sueños. Una historia de vida que inspira.