En el corazón de la región central de Yucatán se encuentra la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes, una de las áreas naturales más impresionantes de México.
Este entorno, famoso por su concentración de cenotes, representa un auténtico paraíso subterráneo y está intrínsecamente vinculado con la historia geológica de la región.
La historia del Anillo de Cenotes
La historia del Anillo de Cenotes se remonta a hace 66 millones de años, cuando un meteorito impactó la Península de Yucatán. Este evento, que marcó el final de la era de los dinosaurios, dejó un cráter de 180 kilómetros de diámetro.
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La erosión de la piedra caliza del cráter a lo largo de los siglos permitió que las aguas subterráneas emergieran, dando lugar a los cenotes que hoy adornan la región.
Estos cenotes no solo han sido una fuente vital de agua para la población local, sino que también han tenido un profundo significado cultural y espiritual. Durante siglos, han sido utilizados para el culto y la adoración, y en la actualidad, se han convertido en atractivas atracciones turísticas debido a su belleza natural y su importancia cultural e histórica.
Entre los cenotes más destacados de la reserva se encuentran los de Cuzamá. Este grupo, compuesto por Chelentún, Chak-Zinik-Ché y Bolom-Chojol, se encuentra a corta distancia entre sí y se puede visitar mediante un transporte tradicional: un vagón tirado por caballos sobre rieles.
Esta experiencia única te permitirá explorar estos cenotes en un solo día, brindando una inmersión auténtica en el entorno.
Otro cenote que merece mención es Yaxbacaltún, conocido por su agua azul intensa y las estalactitas que adornan su abertura. Nah Yah, con su colosal apertura, ofrece un efecto visual impresionante cuando la luz se filtra en sus aguas cristalinas.
Otros cenotes destacados en Yucatán
No te pierdas otros cenotes esenciales como San Antonio, Noh-Mozon, Chunkuy y Telchaquillo. Además, la reserva esconde gemas menos conocidas pero igualmente fascinantes. X-Coton, un pequeño cenote semiabierto con raíces largas que tocan el agua, y Ek-bis, resguardado en una cueva estrecha, ofrecen experiencias únicas.
Xoch, con su majestuoso árbol de raíces colgantes, y Calcuch, ideal para buzos aventureros por su gran profundidad, también son lugares imperdibles. Sastal-Ha, un cenote abierto y cristalino escondido entre la selva, proporciona un ambiente íntimo y tranquilo.
Para aquellos que buscan una experiencia más relajante, el Balneario George de la Selva es el lugar ideal. Ubicado en el corazón del Anillo de Cenotes, este balneario ofrece un cenote natural, piscinas, áreas recreativas y un restaurante.
Los niños menores de 4 años y los adultos mayores pueden entrar gratis, lo que lo convierte en un destino perfecto para disfrutar de un día de descanso y diversión en familia.
En resumen, el Anillo de Cenotes es una verdadera joya natural que combina historia, cultura y belleza escénica, ofreciendo tanto maravillas conocidas como secretos bien guardados para todos los visitantes.