Un trágico y poco común caso ocurrido en Inglaterra ha generado conmoción y debate en redes sociales: una mujer de 83 años falleció después de que el perro de su nieta lamiera una herida en su pierna, lo que le provocó una infección mortal.
June Baxter, quien vivía en la localidad de Attleborough, en Norfolk, sufrió una caída en su baño el pasado 29 de junio. Aunque la herida no parecía grave y fue tratada en casa por paramédicos, todo cambió cuando su nieta la visitó con su mascota. El perro, aparentemente vacunado y sano, lamió la zona afectada, lo que desencadenó una cadena de eventos fatales.
¿Por qué murió la ancianita?

Horas después del incidente, la salud de la adulta mayor comenzó a deteriorarse. Fue llevada al Hospital Universitario de Norfolk y Norwich, donde se le realizaron análisis que revelaron una infección causada por la bacteria Pasteurella multocida, presente comúnmente en la saliva de perros y gatos.
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Aunque esta bacteria no suele afectar a los animales, puede representar un riesgo significativo para los humanos si entra en contacto con heridas abiertas.
El cuadro clínico de Baxter se agravó rápidamente. Los médicos detectaron que la infección había evolucionado a sepsis, una respuesta extrema del cuerpo ante una infección que puede dañar órganos vitales y provocar la muerte si no se trata a tiempo. Pese a recibir atención médica, la mujer falleció el 7 de julio.

Una bacteria común en animales, peligrosa para humanos
La forense Johanna Thompson concluyó que la causa oficial de muerte fue una infección accidental, exacerbada por condiciones médicas preexistentes en la paciente, como problemas renales, hepáticos y cardíacos. Sin embargo, dejó claro que la sepsis fue el factor determinante.
Aunque muchas personas consideran que dejar que un perro lama una herida es algo inofensivo o incluso tierno, este caso muestra los riesgos que pueden derivarse de ello, especialmente en personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados. La bacteria puede ingresar al cuerpo no solo a través de mordeduras o rasguños, sino también por una simple lamida en una herida expuesta.

El caso de June Baxter sirve como advertencia para reforzar el cuidado en la convivencia entre humanos y mascotas, sobre todo en situaciones que involucren lesiones abiertas.