Un fenómeno geológico en el continente africano está en curso y podría transformarlo para siempre. El Rift de África Oriental, una fractura tectónica que se extiende desde el Mar Rojo hasta Mozambique, está debilitando progresivamente la superficie terrestre.
Científicos de la Sociedad Geológica de Londres han advertido que este proceso podría dar lugar, dentro de millones de años, a un nuevo océano en el corazón del continente africano.
La gran grieta en África
La creación de esta grieta comenzó hace aproximadamente 35 millones de años, cuando surgieron tensiones en la litosfera, la capa externa de la Tierra. Estas tensiones han adelgazado la corteza africana, permitiendo que el material del manto ascienda y cause fracturas en la superficie.
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Para la geóloga Lucía Pérez Díaz, este fenómeno marca el inicio de una ruptura continental que podría, con el tiempo, dar paso a una cuenca oceánica en el centro del continente africano, un proceso similar al que creó el océano Atlántico.
Además, el fenómeno conocido como “superolaje africano” está acelerando este proceso. Esta gran columna de material del manto, que asciende hacia la superficie, ejerce una presión adicional sobre la litosfera, debilitándola aún más y aumentando tanto la actividad sísmica como la volcánica en la región.
Aunque el desplazamiento de esta fractura es lento (alrededor de 6.35 milímetros al año, similar al crecimiento de una uña), la geóloga Cynthia Ebinger señala que esta velocidad podría cambiar según las condiciones internas de la Tierra.
Este fenómeno crearía un nuevo continente
El Rift de África Oriental recorre aproximadamente 3,500 kilómetros y atraviesa al menos diez países, entre ellos Mozambique, Malawi, Tanzania, Zambia, Burundi, Ruanda, Uganda, la República Democrática del Congo, Kenia y Etiopía.
Este movimiento tectónico está separando el continente en dos bloques principales: el bloque de Nubia y el bloque de Somalia, cuyas placas se alejarán progresivamente hasta formar una nueva cuenca oceánica.
Este proceso es comparable al que experimentaron Sudamérica y África cuando se separaron para formar el océano Atlántico, explica el geólogo Ken Macdonald. Sin embargo, en el continente africano, el cambio es gradual, aunque ya se registran sismos y actividad volcánica en las zonas cercanas a la fractura.
A medida que esta fractura continúa su expansión, el continente africano experimentará cambios geográficos significativos. La eventual aparición de un nuevo océano redefinirá las costas africanas, probablemente alterará el clima regional y abrirá nuevas rutas marítimas.
Para las futuras generaciones africanas, esto significará tanto desafíos como nuevas oportunidades, en un paisaje completamente transformado por la actividad tectónica.
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